El silencio y la tranquilidad son las características principales de la parroquia Tababela, con 3.180 habitantes (2.800 votantes) la mayoría se conoce, algo que no pasa en las demás parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), debido a la expansión de estas.
Este pueblo es conocido por albergar al aeropuerto internacional Mariscal Sucre, está ubicado unos 30 minutos al nororiente de la capital y forma parte del valle de Tumbaco.
Sin embargo, como la ola de inseguridad que se ha marcado a nivel nacional, Tababela no fue la excepción. Durante los últimos meses se registraron algunos asaltos y robos a domicilios. Así lo confirmó César Herrera, presidente del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de Tababela, quien dijo que los niveles delictivos, en general, han aumentado.
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Destacó que estos casos despertaron la acción de los vecinos, quienes se han organizado para defenderse de los delincuentes que intentaron encontrar un nicho en esta parroquia.
Alejandro Galarza, presidente del comité barrial del centro de Tababela, señaló que estaban cansados de salir con miedo a las calles, de no saber qué domicilio sería el nuevo objetivo de los ladrones, y por ello decidieron instalar una serie de medidas que permitan gestionar mejor las emergencias.
Con la inversión de cada vecino lograron comprar alarmas comunitarias, cámaras de videovigilancia tipo ojo de águila y fijas e instaladas en sectores estratégicos de la parroquia. Durante la mañana son monitoreadas por el presidente y otros habitantes voluntarios; en la noche y madrugada, por los dependientes de los hoteles y hostales.
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Los vecinos tienen una aplicación móvil con la capacidad de activar alarmas dentro o fuera de la casa, es decir, si van por la calle y sienten que están en peligro, se podrá activar la alarma comunitaria, o si alguien se encuentra de viaje y se dio cuenta de que ingresaron a su hogar, también podrá poner en alerta a los habitantes de casas cercanas.
Ya lo han puesto a prueba y lo que ha sorprendido es que todos los vecinos se activaron de inmediato, salieron todos, y con eso evitaron intentos de robo en el sector. Según Galarza, el proyecto ha sido tan exitoso que actualmente este delito ha disminuido casi por completo.
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También les ha servido para coordinar de manera inmediata con la Policía Nacional, el tiempo de respuesta actual sería de tres a cuatro minutos, según los habitantes.
La forma de organización ciudadana se ha vuelto una tarea muy común, a tal punto que en algunas cuadras se realizan brigadas ciudadanas que hacen rondas de vigilancia por las calles del sector.
El reto ahora será compartir este modelo con los demás barrios, en total existen seis que forman parte de la parroquia. Sin embargo, no todos cuentan con la posibilidad económica para invertir en estas herramientas de seguridad.
César Herrera dijo que han buscado a varias empresas para que brinden un apoyo con el fin de coordinar mejoras en temas de seguridad. Agregó que la mayor parte de la parroquia está ocupada por el aeropuerto, con su empresa operadora Quiport, a quienes han enviado documentos para pedir su ayuda con insumos o tecnología para aumentar la cobertura en otros barrios.
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Desde Quiport informaron que mantienen una comunicación directa con Policía Nacional, tal es así que existe un equipo especial de esta institución que da el soporte en todas las emergencias que se producen en la terminal aérea y los sectores aledaños.
Leonardo Vinuesa, jefe del grupo operativo del aeropuerto, puntualizó que la empresa les ayudó con un teléfono celular con el que coordinan las 24 horas los operativos o emergencias que se registran en la zona de pasajeros, pasillos o túneles de tránsito de personas.
En la parroquia existe otro grupo de policías, de hecho, para el traslado de detenidos desde el aeropuerto se suele pedir la colaboración de unidades de las parroquias cercanas para que sean movilizados hasta la capital, pues no existe un vehículo propio en la terminal aérea.
Tababela no es considerada un punto turístico, sin embargo, cuenta con sitios para tener contacto con la naturaleza, piscinas, hosterías, parques que vuelven a este pueblo en uno de los nichos todavía no explotados que sirven para alejarse de la bulla y el tráfico de la ciudad, a solo unos minutos de distancia.
Además, varios restaurantes están disponibles para los visitantes, con distintas opciones gastronómicas desde comida gourmet hasta la variada comida típica. (I)
