Bianca Valverde visita, cuando puede, a su tía Aracelly Alvarado. Ambas viven en Guayaquil y la única comunicación cuando están lejos es por llamada. Bianca asegura que su familiar posee un celular Nokia 1110, que ha logrado mantener a pesar de los años.

Su tía nunca ha usado un celular con acceso a internet y peor una computadora o laptop. Desconoce totalmente de lo digital. De hecho, por esa falta de conocimiento, Bianca ayuda a su tía transmitiendo los mensajes de sus sobrinos que viven en otro país, quienes le escriben a Bianca por WhatsApp.

“Ella tiene unos sobrinos en Venezuela y me pide que yo les mande fotos a Venezuela o un mensaje. Los familiares de allá me mandan audios para ella y yo hago de intermediaria. Entonces, yo llamo a mi tía y le doy el mensaje”, cuenta Bianca, quien además imprime las fotografías que le mandan a su tía porque ese es su deseo.

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“A veces sí ha tenido interés de aprender porque quisiera estar más conectada con los familiares de Venezuela”, apunta Bianca, quien siempre está dispuesta a ayudar a su tía porque entiende que no maneja la tecnología.

Casi el 95 % de las características que posee Aracelly hacen que esté dentro del analfabetismo digital, de acuerdo con la descripción del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC): Analfabeta digital se considera a una persona que no tiene un celular activado, que en los últimos doce meses no ha utilizado una computadora ni internet.

El INEC publicó un estudio en julio de 2022 y abarca solo a la población de 15 a 49 años, que representan 8,8 millones de personas. De estas, 700.000 son analfabetas digitales, ubicando al país en 8,2 %, un porcentaje menor al 2020 que fue de 10,2 %. De hecho, desde el 2014 la tasa actual es la más baja.

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Juan José Delgado, director del título Experto Universitario en Peritaje Informático e Informática Forense, de UNIR, señala que la necesidad de la digitalización continuará y por eso se requieren capacitaciones suficientes para que todos puedan desarrollarse y no existan zonas aisladas. “Es una gran preocupación social porque la misma alfabetización digital les permite estar más fuera de la sociedad”, apunta Delgado.

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Los indígenas tienen el mayor porcentaje de analfabetismo digital con 31 %, seguido del afroecuatoriano con 11,1 %; montubio 8,3 % y mestizo 4,6 %. En lo urbano y rural aún se evidencia esa gran diferencia. En el área urbana es del 3,6 % en 2022 en comparación con 2020 que fue de 7,5 %, es decir, bajó y es positivo. Pero en lo rural pasó de 16,8 % en 2020 a 19 % en 2022. La misma cantidad que en 2018, es decir, en prepandemia.

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Analfabetismo digital (año)<b>Porcentaje</b>
201414,4 %
201512,2 %
201611,5 %
201710,5 %
201810,7 %
201911,4 %
202010,2 %
20228,2 %

“Muchas veces la gente no utiliza los servicios digitales porque no tiene el alcance o son muy costosos ese tipo de servicios o no encuentra esa necesidad, pero hoy están surgiendo iniciativas de internet vía satélite para zonas alejadas”, opina Delgado.

María Elena Narváez, directora de Educación Online de la UISEK, concuerda en que los valores hacen que no haya acceso, pero considera que hay otros problemas para que no se reduzca la brecha digital como el abandono escolar.

“Si es que en pospandemia no pudieron sostener a la cantidad de niños, jóvenes en la educación, era obvio que este nivel de analfabetización iba a subir”, explica Narváez.

Consenso hacia la aceleración digital

En la educación básica el nivel de alfabetización digital es del 18,3 %, en bachillerato es del 4,5 % y superior del 0,4 %. El INEC, en otro estudio, indica que hay 195.188 niños y adolescentes de entre 5 y 17 años que han dejado sus escuelas y colegios.

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Narváez enfatiza en que la población analizada en la alfabetización digital debió ser más amplia e incluir a los menores de 15 años, pues a su criterio, han sido los más afectados y en un futuro podrían tener como consecuencia no conseguir un trabajo formal. “Una persona que no tiene ningún nivel de estudios tiene más analfabetismo digital y una de las posibles consecuencias es que no tenga trabajo formal, remunerado, incluso con los beneficios de ley”, señala.

Agrega que hay tres factores que pueden ayudar a reducir la brecha digital: ampliar la conectividad desde el Gobierno central, que los centros educativos tengan más acceso a internet y capacitar a través de infocentros desde lo inicial como por ejemplo, abrir un correo electrónico.

Delgado sostiene que con el tiempo la brecha irá decreciendo y aumentando la necesidad de conectividad en cualquier parte del mundo. (I)