Estar en la playa, viendo la caída del sol y planificando una fogata puede ser un plan perfecto, pero para el ecosistema no lo es. Esta acción es altamente perjudicial, dice Julián Pérez Correa, director ejecutivo de la Fundación JaPu.

“Toda actividad humana genera un impacto ambiental. Siempre es preferible evitar los impactos a toda costa y creo que gran parte de la problemática del mundo es que en vez de evitarlos, nos hacemos oídos sordos y ojos ciegos ante cualquier eventualidad que se pueda causar y preferimos cumplir con nuestros placeres o gustos”, señala Pérez Correa.

El ingeniero ambiental señala que hay una larga lista de consecuencias por encender una fogata. La primera es reunir basura e incinerarla. “Los desechos que se producen, por lo general es el material de inicio, que son restos de madera. Traemos estos restos de otro lado o he visto personalmente personas que cortan matorrales cercanos para hacer la fogata, entonces causamos un impacto con el corte de la vegetación nativa. Lo segundo es que este calentamiento también genera un cambio en la microbiota, que está alrededor en las playas. La arena parece un material inerte, sin embargo, existen microorganismos que están alrededor”, explica.

Publicidad

Vidrio o plástico: ¿cuál es mejor para el medio ambiente?

Y el daño se sigue incrementando cuando estas fogatas afectan a organismos superiores como los cangrejos y poliquetos. “Vamos a matarlos prácticamente. El problema puede ser mucho más serio porque podemos ponemos en riesgo las zonas de anidación de tortugas marinas. Hay muchos reportes donde las personas inclusive hacían fogatas sobre estos nidos hasta parrilladas. Fue algo bastante inconsciente de personas sin escrúpulos donde habían cajas de protección metálicas para los nidos de tortugas marinas y las personas usaron esto como parrilla y obviamente mataron todos los nidos”, reprocha.

Por eso Pérez Correa considera que esta actividad no0 debe realizarse en las playas. “Y no solamente fogatas, en realidad cualquier actividad en la playa tiene su impacto. Lo ideal es siempre llevarse los desperdicios, no meter carros a la playa porque eso produce compactación de la arena y limita el movimiento de otros organismos. Las fogatas también generan diferencias ecosistémicas en el uso de las playas por organismos, descomponedores o depredadores”, sostiene.

Y hace un llamado a ser conscientes sobre que un momento de diversión no puede ser más importante que la vida de las especies.

Publicidad

Según el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, se puede realizar fogatas solo en las áreas permitidas. Así consta en la Guía Informativa de Áreas Protegidas del Ecuador. (I)