“Es un milagro que Oleksi siga vivo”, dice Mijailo, de 20 años, oriundo de Odesa. Acaba de visitar a su amigo Oleksi Paradowski en el hospital. Oleksi fue operado de urgencia porque sufrió graves quemaduras en gran parte de su cuerpo. Estaba en el baño, contó a su amigo, cuando un misil ruso impactó en el edificio de departamentos de varias plantas a eso de las 14:30 (hora local) del sábado último.