«Bien, brother. Como usted lo vea lo pega. Confío en usted, usted controla bien… Hágale», se habría escrito desde un contacto de celular identificado «INV1» a otro teléfono móvil iPhone A1778, que habría pertenecido al sicario que disparó y mató al político ecuatoriano Fernando Villavicencio Valencia el 9 de agosto de 2023.

La audiencia de juzgamiento en contra de cinco sospechosos por el asesinato de Fernando Villavicencio Valencia se acelera en el Complejo Judicial Norte de Quito, a la espera de que este viernes, 5 de julio, concluya con la exposición de los testigos de la defensa y continúe con la exposición de los alegatos de cierre de las partes procesales.

Desde el 24 de junio de 2024 se instaló esta audiencia de juzgamiento presidida por el tribunal penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, conformado por los jueces Milton Maroto (ponente), Julio Rumiguano y Pablo Coello.

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Este jueves fue el séptimo día en el que la Fiscalía General del Estado en su anuncio de prueba presentó a decenas de testigos, entre ellos, peritos criminalistas de la Policía Nacional, para probar su teoría del caso en el que acusa a cinco personas de ser los autores materiales del asesinato de Villavicencio.

El exasambleísta y excandidato presidencial por el movimiento Construye en los comicios generales anticipados del 2023, Fernando Villavicencio, fue asesinado el 9 de agosto cuando se subía a una camioneta tras intervenir en un acto de campaña electoral en el coliseo del colegio Anderson, ubicado en las avenidas Gaspar de Villarroel y Amazonas.

La mañana de este jueves, la agente fiscal Ana Hidalgo presentó a dos peritos que materializaron indicios levantados el día del hecho y durante los allanamientos en los domicilios de los acusados Carlos Edwin A. L., alias Invisible, como el autor mediato; Laura Dayanara C. B., alias la Flaca, como coautora; y Éric Marcelo R. P., Víctor Alfonso F. y Alexandra Elizabeth Ch. F., los tres como cómplices.

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Uno de los peritos criminalistas, Jorge V., se encargó de analizar 32 teléfonos celulares y su testimonio fue uno de los más extensos de la jornada. Se extendió casi dos horas.

Empezó en detallar lo encontrado en un móvil iPhone A1778, que había pertenecido a Johan Castillo, alias Ito, identificado como el sicario del político ecuatoriano y que murió en el lugar del crimen.

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Su teléfono tenía como contacto al ‘Cura 6′ (cuyo nombre no se identificó), del que había recibido tres llamadas el día del crimen; y otro contacto identificado como ‘INV1′, cuyo número es 17734924370.

Este número, de acuerdo con las investigaciones, pertenecería a Carlos A. L., alias Invisible, pues su dirección IP provenía de la cárcel de Latacunga, y habría sido el que coordinaba el asesinato.

El iPhone de alias Ito se lo levantó en el «lugar de los hechos (Gaspar de Villarroel y Amazonas) del sicario aprehendido», quien era de nacionalidad colombiana.

Los hechos darían cuenta de que Johan Castillo coordinaba el atentado minutos antes de las 18:20, momentos en los que Villavicencio recibió los tiros de fusil.

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La conversación refleja que hubo ocho interacciones con INV1 el 9 de agosto, aunque no las respondió por escrito, por lo que no se precisa si hubo llamadas entre sí.

  • A las 17:47, su contacto INV1 le escribió: «Bien, brother».
  • 17:48 «Como usted lo vea, lo pega».
  • 17:53: «Confío en usted, usted controla bien».
  • 18:11:16: «Hágale».

A eso de las 18:20, Fernando Villavicencio fue asesinado en medio de un tumulto de simpatizantes que lo acompañaban en el acto.

Hubo doce heridos y un muerto, Villavicencio, y en el reconocimiento de la escena del crimen se recabaron 65 vainas.

La extracción de la información se hizo también a los celulares de los seis hombres colombianos que habían participado en el crimen y que aparecieron muertos en sus celdas, en octubre de 2023, en la cárcel La Roca de Guayaquil.

En los aparatos se encontraron grupos de WhatsApp en los que se intercambiaban fotos de Fernando Villavicencio desde julio de 2023; de los lugares en los que hacía mítines de campaña; y una foto, en la que aparece la fachada del coliseo del colegio Anderson tomada en la noche.

Muchas de las interacciones eran imágenes alusivas al grupo de delincuencia organizada (GDO) Los Lobos; venta de armas por precios que fluctuaban entre los $ 450 y $ 500; videos de canciones.

También se analizaron los celulares retenidos en los allanamientos al domicilio de Alexandra Elizabeth Ch. F. y de otros detenidos, Víctor F. y Éric R.

En el de Alexandra Ch. se encontró una declaración que le hacía uno de sus contactos, aunque prefería evitar un coqueteo porque conocía que su novio estaba preso porque era parte de la «mafia».

Pasado el mediodía continuó un oficial de la Policía, Dany F., cuyo testimonio se basó en enumerar los hechos y cómo estos confluyeron en el asesinato del excandidato presidencial.

Recordó, por ejemplo, que el 9 de agosto de 2023, desde las 16:45, Johan Castillo y sus coterráneos se encontraban en los alrededores de la escena.

A estas audiencias públicas, los procesados asistieron de forma virtual, pues se encuentran presos en varios centros de rehabilitación.

Algunos de los familiares de Alexandra Ch. asisten a las audiencias y aprovechan los recesos para verla. «Todo va a estar bien», dice la mujer desde un espacio de la cárcel a su madre o primos que la ven a través de las pantallas y empiezan a llorar. Ella también aprovecha para pedir que le lleven cobijas o le ayuden económicamente.

QUITO (02-07-2024).- En el Complejo Judicial Norte se realizó la audiencia del caso del asesinato del candidato a la Presidencia Fernando Villavicencio, en dicha audiencia intervino la fiscal Ana Hidalgo. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERS0 Foto: Carlos Granja Medranda

También hay reclamos. El procesado Carlos A. L. suele interrumpir cuando alguno de los testimonios le molesta o cuando por fallas de los micrófonos no escucha lo que se habla en la sala de audiencias.

Para este viernes está previsto la reinstalación para avanzar con la presentación de los testigos de la defensa y, finalmente, los alegatos de cierre, antes de que el tribunal entre a deliberar la pena que impondría a los procesados. (I)