Guía ‘Educación de la sexualidad y afectividad’ no es parte de ningún pénsum académico en Ecuador, señala ministerio

El sacerdote Paulino Toral pidió el 2 de mayo, a través de redes sociales, al presidente Guillermo Lasso que detenga el uso de la guía para formadores Educación de la sexualidad y afectividad, editada por el Ministerio de Educación en el 2015, a la que calificó como una “herencia del correísmo” y que asegura aún se está usando para capacitar a los maestros en “ideología de género”. No obstante, la institución aclaró a este Diario que esta guía fue actualizada en 2018 y que no es parte de ningún pénsum académico actualmente.

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Diana Castellanos, subsecretaria de Innovación Educativa para el Buen Vivir del Ministerio de Educación, explica que la guía en cuestión no se encuentra vigente desde 2018, cuando fue remplazada por una nueva, y que además estas guías corresponden a un plan denominado Educando en Familia.

“Estas guías no son utilizadas para impartir clases o para hacer procesos o proyectos con estudiantes, sino dentro del marco del programa Educando en Familia, que tiene el objetivo de generar participación de las familias con las y los docentes para desarrollar habilidades del manejo, en el entorno familiar, de ciertas temáticas”, dice.

La institución está actualizando otros contenidos de todos los programas que existen y está en un proceso de depuración de su sitio web.

Castellanos cuenta además que, desde el 2021, el ministerio no ha generado ningún proceso de difusión ni impresión de la guía de 2018 y que el programa de trabajo con familias se ha adaptado, debido a la coyuntura, a nuevas temáticas como la contención emocional en el marco de la emergencia sanitaria, prevención de riesgos del internet y prevención del embarazo temprano.

La funcionaria refiere también que actualmente los contenidos relacionados con la sexualidad no se imparten como tal dentro de una materia de educación sexual, sino que son parte de un programa de educación integral inmerso en las materias básicas.

“Es importante tomar en cuenta que el currículo nacional, que está vigente desde 2016 hasta 2026, no tiene una materia de sexualidad, lo que sí se generan son una serie de procesos, proyectos y programas enmarcados en la educación integral de la sexualidad”, explica.

Refiere que la educación integral de la sexualidad “se aborda en el sistema educativo nacional a partir de oportunidades curriculares, que permiten intercalar el desarrollo de estos temas, enfocados en el consentimiento y la no discriminación en todo tipo de relaciones humanas, con las materias del tronco común de la educación general básica y del bachillerato”.

Estas materias son Matemáticas, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Entorno Social, en el caso de la educación básica, y para el bachillerato se remplazan las dos últimas por Biología e Historia. La funcionaria asegura que los maestros están en constante capacitación para el manejo de estos temas.

Por su parte, Toral, expárroco de la iglesia San Antonio María Claret de Guayaquil y presidente de la oenegé Casa de la Vida, en su pedido subrayó que la ministra de Educación, María Brown, y el presidente están llamados a procurar la orientación moral de los niños y adolescentes ecuatorianos como si se tratara de sus mismos hijos y nietos, por lo que pidió actuar según la Biblia, tal y como lo había ofrecido Lasso.

Tanto la guía de 2015 como la de 2018 mantienen como advertencia que “un objetivo manifiesto del Ministerio de Educación es combatir el sexismo y la discriminación de género en la sociedad ecuatoriana y promover, a través del sistema educativo, la equidad entre mujeres y hombres” con la promoción del uso de un lenguaje que no reproduzca esquemas sexistas.

En tanto, Castellanos manifiesta que el Ministerio de Educación seguirá acogiéndose a las recomendaciones internacionales que por ahora no consideran necesario establecer una materia específica de sexualidad.

“Es como que quisiéramos dar una materia de educación emocional (...), la sexualidad es parte de nosotros, se vive día a día en todos los contextos de la vida y por eso es importante que podamos abordar estos procesos educativos de forma integral y anclados a las materias, porque así no se desprende y no se vuelve algo oculto”, apunta. (I)