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QUITO (15-05-2023).- El perito, Roberto Meza, llega a la rueda de prensa de la Comisión de Coordinación que tiene la misión de reconstruir el "tercer producto" del caso Gabela, en el Consejo de Comunicación, en el norte de Quito. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

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El informe forense en el caso del asesinato del general de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) Jorge Gabela Bueno sugiere abordar dos ‘cabos sueltos’ que dejarían dudas en la investigación fiscal que se realizó en el 2012 por ese crimen.

El 11 de julio de 2023, el perito Roberto Meza Niella presentó la reconstrucción del llamado tercer producto, que fue parte de una primera pericia que requirió el extinto Ministerio de Justicia, que lideraba un Comité Interinstitucional que creó el expresidente Rafael Correa para que se investigue el asesinato del general.

Ese tercer producto contemplaba determinar el posible móvil del crimen y quiénes pudieron ser los autores intelectuales.

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En el 2015, la exministra de Justicia Ledy Zúñiga informó los resultados de ese informe y señaló que el asesinato de Gabela se debió a un delito común atribuido a cinco personas que fueron sentenciadas en el 2012 por la justicia ordinaria.

Pero ese tercer producto se considera incompleto y extraviado de los archivos públicos, por lo que la Corte Constitucional (CC) ordenó su reconstrucción y que se lo entregue a la viuda de Gabela, Patricia Ochoa.

Ello ocurrió el 11 de julio pasado y, en él, se recogen dos momentos de la investigación fiscal del crimen en el 2010 que determinaron la culpabilidad de cinco personas y que, a criterio de Roberto Meza, deberían aclararse.

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Uno de ellos, la existencia de un testigo protegido que habría dado versiones contradictorias.

Jorge Gabela fue comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y cuestionó la adquisición de los siete helicópteros Dhruv -que concretó el Ministerio de Defensa en el 2008- por posibles fallas técnicas que estos presentaban en sus rotores y motores.

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Pese a sus advertencias, las aeronaves fueron compradas por $ 45 millones a la empresa Hindustan Aeronautics Limited (HAL). De los siete helicópteros, cuatro se accidentaron y los tres restantes están inoperativos en uno de los cuarteles de la FAE.

El 19 de diciembre del 2010, Gabela fue herido con un disparo luego que su hija fue víctima de una persecución. Al llegar a su domicilio, ubicado en Samborondón, los delincuentes ingresan y ante la presencia del general, uno de ellos le dispara.

El oficial fue trasladado a un hospital y después de diez días falleció.

En el 2011, la Fiscalía recabó testimonios. Entre ellos, el de una persona, Nelson C., quien es testigo protegido y relató que en un local llamado La Madrina, ubicado en Guayaquil, estaba sentado en una mesa y había escuchado a los sentenciados Julio S., alias Sianca; Jaime A., alias Cojo; y Tony T., alias Volante, hablar sobre el homicidio del general.

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La pregunta que se hace en la pericia es por qué el testigo habría escuchado esta conversación el 21 de diciembre del 2010, pese a que el deceso se produjo el 29 de diciembre de ese año.

Su relato no es congruente para Meza, pues ese testigo habría dado tres versiones y estas «contenían informaciones diferentes», y que sus testimonios no habrían sido verificados en la investigación que hizo la Fiscalía.

Así también, en el 2013, cuando Meza realizaba su pericia para el Comité Interinstitucional, acudieron hasta ese local La Madrina y vieron que las características de ese espacio eran reducidas, por lo que no había lugar para colocar mesas para la atención de clientes.

A ese sitio se le habrían tomado fotografías que se encontraban guardadas en la computadora que usó Meza en el 2013 para su investigación, pero que en la actualidad no fueron encontradas.

Recomendó a las autoridades ecuatorianas localizar esas fotografías para contrarrestar la versión de ese testigo.

Otro hecho que debería concretarse, según Meza, es la pericia al arma que se utilizó en el asesinato de Jorge Gabela.

En el 2011, el fiscal que llevaba adelante la indagación del crimen, René Astudillo, había solicitado al Departamento de Criminalística del Guayas que se realice el cotejamiento microscópico de las balas y vainas encontradas en el lugar de los hechos y la extraída de los cuerpos de Jorge Gabela y el policía Cristian Cuñez.

En abril de ese año, un oficial de la Policía presentó un informe para la investigación, que daría cuenta de que la vaina levantada del lugar en el que se hirió a Jorge Gabela fue disparada por la misma arma de fuego que se relacionó con la muerte de Cristian Cuñez.

La bala también había provenido del arma que disparó a Cristian Cuñez.

Estos resultados pertenecen a un Sistema Integrado de Identificación Balística (IBIS) que, según el perito, hace un barrido entre las imágenes detectadas bajo la carga del mismo calibre reduciendo la búsqueda y dejan «exclusivamente las coincidencias más probables».

Sin embargo, la responsabilidad de establecer categóricamente la coincidencia la tiene el identificador balístico, quien debe afirmar o descartar la compatibilidad de características y definir si las vainas, así como las balas pudieron ser disparados por una misma arma.

Para la pericia, la importancia de ese análisis balístico surge porque el fiscal pide el cotejamiento microscópico de vainas y balas, y el perito policial que hizo ese examen debía aclararlo y así evitar las dudas.

Pero ese cotejamiento final no se habría realizado, por lo que faltó información que refiera que las muertes de Gabela y Cuñez hayan podido estar relacionadas con esa arma.

La pericia a las vainas y balas encontradas en el domicilio de Gabela fue parte de los argumentos con los que se procesó al Cojo en el 2012 por el delito de asesinato y lo sentenciaron a 25 años de prisión.

Aunque, en entrevistas y ante un polígrafo, alias Cojo le habría contado a Meza en el 2013 que quien disparó el arma fue un hombre de alias Francis, quien no fue procesado por este caso y del que se declaró su muerte en el 2012. No obstante, en la pericia reconstruida se menciona que Francis podría estar vivo.

Esa arma habría estado involucrada en el asesinato a un miembro de la Policía Nacional, Cristian Cuñez, el 12 de enero del 2011. Es decir, casi un mes después de lo ocurrido con Gabela.

El policía Cristian Cuñez se encontraba ese día junto con un compañero investigando el asesinato de otro uniformado.

Mientras se dirigían a la calle Sedalana de Guayaquil fueron atacados por dos individuos que se movilizaban en una moto. Disparan en la cabeza a Cuñez, lo que produce su muerte, y hieren a su compañero.

Según consta en el archivo judicial, por testimonios de ese suceso, se indicó que quien iba en esa moto era el Cojo y, tras un allanamiento a su domicilio, encuentran una granada y el arma que mató a Cuñez.

En ese operativo encontraron también un permiso de porte de armas que había pertenecido a alias Sianca.

Los resultados de este tercer producto reconstruido que elaboró el perito serían parte de los insumos que llegaron a la Fiscalía General del Estado en la indagación previa por el delito de ejecución extrajudicial que se lleva a cabo por el crimen a Jorge Gabela Bueno. (I)

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