En “libertad provisional”, es decir, fuera de la cárcel hasta que un juez de Garantías Penitenciarias decida lo contrario, y teniendo aún por cumplir tiempo de las dos sentencias en firme por delitos relacionados con actos de corrupción, es como terminó el año el exvicepresidente Jorge Glas. En los últimos cinco años, estos han sido la primera Navidad y el primer Fin de Año que el líder correísta pasó fuera de un Centro de Privación de la Libertad (CPL).