Ernesto teme por su vida. Cada día su salud se deteriora más. Necesita tomar su medicación (nilotinib) para controlar la leucemia mieloide crónica que padece desde hace doce años. Pero el hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo (HTMC) no se la provee hace ya cinco meses. Tampoco la puede comprar, porque los $ 650 que percibe al mes no le alcanzan para adquirir un frasco. Cuesta $ 6.200.

Ante la falta de este fármaco, su cuadro se complicó. En agosto le dio una trombosis venosa profunda, coágulos de sangre en las venas que dificultaron la circulación en piernas y brazos y le causaron grandes hematomas, dolor intenso y adormecimiento de sus extremidades. Tras dos semanas de estar internado recuperó la movilidad, pero los glóbulos blancos, que indican que la enfermedad está activa y que tendría una infección, siguen subiendo.

“Lo normal es hasta 11.000. Cuando salí del hospital tenía 72.000 y ayer (28 de septiembre) me repitieron los exámenes por control y han subido a 140.000. Mi vida está en riesgo, no puedo esperar más”, dice este afiliado, quien la semana pasada reunía documentos para pedir que lo deriven a Solca.

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La última vez que recibió el medicamento, para tres meses, fue en febrero de este año, en que se agotó la reserva del fármaco nilotinib de 200 mg que había comprado el hospital Teodoro Maldonado a la farmacéutica Novartis S. A. por $ 1,1 millones en junio de 2021.

Afectaciones por falta de mantenimiento en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS

A esa compra llegó el hospital luego de cuatro meses y medio de que la exjefa de Farmacia, Eulalia Suárez, hiciera el requerimiento (el 1 de febrero). Como respaldo, la funcionaria adjuntó el certificado de ‘stock 0′ en las bodegas general, de consulta externa, de hospitalización, de emergencia y de quirófano.

Ni así se aceleró la adquisición. Para este hospital y todos los del IESS, que se manejan con los mismos procesos, la compra de medicinas ‘no es una cuestión de vida o muerte’ como para Ernesto, que sobrevive con leucemia mieloide crónica.

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El proceso de compra de un medicamento puede tomar cuatro, seis, siete meses, incluso más. Todo depende del tiempo en que los funcionarios del IESS cumplan al menos 55 pasos establecidos para la adquisición y de que no se presenten inconvenientes en los 16 departamentos que intervienen en la compra, según consta en el flujograma que aplica el hospital Teodoro Maldonado, y que hizo llegar a esta Redacción.

Los primeros pasos se inician en el área requirente, la que necesita el fármaco, insumo o equipo y donde se deben cumplir nueve pasos, entre ellos elaborar el informe de la necesidad, solicitar el stock de bodega, emitir el certificado del déficit de la medicina, pedir al gerente la autorización, hacer el estudio de mercado, solicitar el certificado de que la compra estaba prevista en el Plan Anual de Compras, entre otros.

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Pero el área donde más tiempo demora el proceso es en el departamento de Compras Públicas, con 18 pasos. Ahí se decide el método de compra (catálogo electrónico, subasta inversa, régimen especial, contratación directa), el área se encarga de certificar que la medicina conste en el plan, dar aviso al Sercop (Servicio Nacional de Contratación Pública), elaborar los pliegos con las especificaciones técnicas, subir la información al portal del Sercop, elaborar la resolución de inicio del proceso, supervisar el cronograma, elaborar la resolución de adjudicación, y más.

IESS no dio información solicitada hace un mes

Entre el área jurídica y de autorización del gasto hay otros doce pasos, entre el proveedor y el administrador del contrato seis más y el resto lo completan otros departamentos.

Si en ese largo recorrido un informe no se ha hecho bien, el proceso regresa al área para que se corrija, y los pasos y el tiempo aumentan, mientras los pacientes siguen esperando.

La compra de insumos médicos para el área de recién nacidos (Neonatología) del hospital, adjudicada el 16 de septiembre, duró siete meses, desde el 14 de febrero. “Los saldos existentes en el HTMC a la fecha es de 0 unidades, se requiere la compra urgente”, alertó Alexandra Andrade, jefa del área, a la que ingresan 60 bebés en estado crítico al mes.

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Durante siete meses no hubo sujetadores de sonda nasogástrica, catéter para aspirar secreciones, sondas de alimentación y otros dispositivos que los familiares adquirieron mientras los funcionarios recogían firmas y levantaban escritos. Al hospital le hace falta –al 20 de septiembre– el 76 % de insumos. Apenas tenía 569 ítems (24%) de los 2.378 que necesita, y en fármacos, el desabastecimiento llegaba al 52 %.

La resolución de inicio, que es el paso 29, en el caso de Neonatología demoró casi seis meses, 176 días, recién se dio el pasado 9 de agosto. “Hay áreas que controlan los procesos. Por ejemplo, si necesitamos un criterio jurídico, se tardan.., hay procesos que tienen un año en jurídico y no salen”, cuestiona el jefe de un área donde –asegura– tiene más de 30 compras en “arrastre” y que corresponden al plan del 2022, que se aprobó en noviembre del 2021.

Ese mes, todos los años, se aprueba el presupuesto del hospital. Se acerca noviembre del 2022 y las compras anteriores siguen pendientes. El actual gerente, Francisco Pérez, afirmó que cuando asumió el cargo, el 27 de julio pasado, solamente se había cumplido el 5% del plan.

Las compras se interrumpen, consideran jefes de área consultados, por la inestabilidad de las autoridades.

Ningún proceso tiene continuidad, cada vez que viene un nuevo gerente viene a revisar lo que ha hecho el antecesor, esto hace que todo se detengan procesos de compras, pagos, todo

Jefe de área del hospital Teodoro Maldonado Carbo

Así, el peregrinaje para que una medicina llegue al paciente se alarga. Por ejemplo, desde el 7 de abril, en que se informó que había ‘stock 0′, está pendiente la compra de 145 kits de obtención de plaquetas (que se extraen de la sangre a través de un equipo). Tras cuatro meses, el 5 de agosto, se resolvió declarar desierto el proceso porque el único proveedor que ofertó no cumplió un requisito.

Medio año desde el inicio del proceso y la compra de este reactivo es incierta. “Lo que hay que cambiar es el sistema. Usted inicia (el proceso) en mayo y en agosto se adjudica. Es la burocracia, nosotros hacemos el PAC, pero ponen en Quito valores irreales, bajos”, critica el jefe de una sala del HTMC.

Mientras tanto, en las calles los familiares protestan, gritan, lloran. Otros contienen la indignación y buscan amigos, familiares, chulqueros, alguien que les ayude a salvar a su paciente de la enfermedad y también de la indolencia de las autoridades del IESS que despachan en sus oficinas de Quito.

Hay una reacción “tardía” de las autoridades, reclama Gustavo Dávila, director de la Fundación Jóvenes contra el Cáncer, quien denuncia que el IESS ni el Ministerio de Salud cumplen la Constitución, que en su artículo 50 dispone la atención prioritaria a los pacientes con males catastróficos y raros: “No les importa, hacen caso omiso a las sentencias judiciales. Si un paciente no recibe su quimioterapia tres, cuatro meses, cuando su ciclo es de cada 21 días, ¿a qué le estamos condenando?, a morir”. (I)