La falta de delegados del movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) en las juntas receptoras del voto provocó la queja de votantes en algunos recintos habilitados para estas Elecciones Ecuador 2023.

“No he visto veedores de parte del candidato Noboa; eso no está bien. Deben estar la misma cantidad de cada candidato“, reclamó Carlos Avilés, guayaquileño que acudió al colegio Santo Domingo de Guzmán, en Urdesa Central, en la circunscripción 3 de Guayas.

Largas filas de usuarios y presencia de vendedores en los exteriores de recintos: este es el ambiente electoral en sedes del Distrito 1 en Guayaquil

En este recinto electoral se habilitaron 22 juntas, las cuales debían contar con dos delegados electorales cada una, por cada movimiento de los dos candidatos finalistas en estos comicios de segunda vuelta, Daniel Noboa (ADN) y Luisa González (Revolución Ciudadana).

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Sin embargo, la coordinadora del Consejo Nacional Electoral (CNE) en este recinto, Betsabé Bonoso, indicó que se había registrado una veintena de delegados, de los cuales unos quince correspondían a la Revolución Ciudadana y cinco a la alianza ADN.

“Los delegados fueron registrados antes del inicio del proceso; luego ya no se los puede registrar. No tengo conocimiento de por qué no hay más delegados del otro movimiento“, comentó Bonoso.

En el colegio Ismael Pérez Pazmiño se repitió el mismo malestar de los ciudadanos que cuestionaron la falta de delegados de ADN. Ahí se contabilizaron quince delegados de la lista 5 y apenas uno de ADN.

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“De lo que conocemos, la falta de delegados se debe a problemas económicos para cancelar a los delegados; por eso, muchos no se registraron”, dijo un representante sin citar su nombre.

Las elecciones 2023 se llevan a cabo sin inconvenientes en el centro-norte de Quito

Del lado de los delegados de la Revolución Ciudadana no se reportaron ausencias.

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Manuel Rosales, líder del grupo de delegados por la lista 5 en el recinto ubicado en el colegio Ismael Pérez Pazmiño, dijo que los asignados por su movimiento habían acudido sin inconvenientes a supervisar el proceso electoral, movidos por “la convicción de cambiar el país, que está mal”, más que por los $ 20 que reciben como pago por la veeduría que realizan hasta la finalización de los escrutinios. (I)