La vida de Elizabeth Pacheco, de 29 años, y de su hijo, Rommel, de 7, cambió drásticamente desde el 30 de marzo de 2022, cuando Carlos Moncayo, cónyuge de la mujer y padre del menor, perdió la vida en un siniestro de tránsito ocurrido en el kilómetro 18,5 de la vía a Daule, en el norte de Guayaquil.

La víctima, de 31 años, se trasladaba en un taxi del trabajo a su casa, en la cooperativa Juan Montalvo. Iba en el asiento trasero de la unidad que fue impactada por otro carro conducido por una mujer, que presuntamente había ingerido licor.

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A consecuencia de ese siniestro, registrado entre las 03:00 y 03:30 de ese día, fallecieron en el sitio del choque tanto Moncayo como el taxista.

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“Gracias a Dios no me he quedado sola, tengo el apoyo tanto de mi familia como de la familia de mi esposo. Son los que me han ayudado actualmente, porque él (esposo) era el sustento del hogar. Mi niño está con tratamiento psicológico al igual que yo. Además, llevar este triste proceso legal, vivir en carne propia lo que es la injusticia, llevar el luto como esposa y al mismo tiempo ayudar a mi niño que todos los días pregunta por su papá”, dice Pacheco sobre su situación.

A raíz del siniestro, la hoy viuda presentó una denuncia en la Fiscalía y lleva adelante una acusación particular en contra de Viviana G., la conductora involucrada en el accidente, quien el 13 de julio de 2022 recibió arresto domiciliario como medida sustitutiva solicitada por su defensor.

Antes estuvo con prisión preventiva por el delito tipificado en el artículo 376 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que establece la muerte causada por estado de embriaguez. Permaneció recluida en el centro de privación de libertad número 2 de Guayaquil.

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Desde julio del año anterior hasta diciembre, la audiencia evaluatoria y preparatoria de juicio en este caso se difirió en al menos tres ocasiones, por diferentes situaciones.

Por ejemplo, el 26 de septiembre, en una de las convocatorias para esa diligencia, la procesada, a través de su abogado, informó que no se estaba cumpliendo su traslado a realizar las terapias que necesitaba por las lesiones causadas durante el siniestro y que, además, estaba en estado de gestación.

”Hasta hoy en día ella sigue siendo privilegiada, estuvo unos meses en la cárcel, pero le cambiaron las medidas a arresto domiciliario con resguardo policial. Cuando a ella la cambian a arresto domiciliario y resguardo policial quedó embarazada”, refiere Pacheco sobre la procesada.

El 3 de enero del año en curso, cuando se instaló la audiencia preparatoria de juicio, un juez dispuso el cambio de medidas de arresto domiciliario por la presentación periódica de Viviana G. los lunes, miércoles y viernes ante la Fiscalía.

También se le dispuso la prohibición de salida del país y la colocación de un grillete electrónico. Sin embargo, esta última medida no se ha acatado, según consta en el proceso judicial colgado en la página web de la Judicatura porque no hay disponibilidad del dispositivo.

Elizabeth Pacheco, viuda de Carlos Moncayo, menciona que la procesada cumplió con la presentación periódica ante la Fiscalía solo hasta el 29 de marzo de este año, puesto que luego de ese lapso dio a luz.

Según información del proceso judicial, por su estado, Viviana G. recibió reposo absoluto desde el 14 de marzo hasta el 15 de julio.

Para el 3 de agosto los sujetos procesales fueron convocados a la audiencia de juzgamiento, pero la demandada no compareció. Según Pacheco, allí fue cuando se enteró de que la procesada se presentó ante la Fiscalía solo hasta el 29 de marzo.

Siendo así, la mujer cuestiona que hasta la fecha no se haya cumplido la implementación del grillete electrónico para la demandada.

“Deseo de todo corazón que se haga justicia, porque mi esposo venía de su lugar de trabajo. No venía como la señora que había tomado. Él salía de su lugar de trabajo dirigiéndose a su domicilio, jamás lo volví a ver, jamás pudo mi hijo volver a ver a su papá. Espero, en realidad, que haya la justicia debida, no es justo que dos padres de familia hayan fallecido por una persona que venía en estado etílico”, dice la viuda de Carlos Moncayo.

Para tener una versión de la procesada, este Diario envío la mañana del viernes 25 de agosto un correo electrónico a quien consta como su abogado defensor en el sistema judicial, pero hasta la publicación de esta nota no hubo respuesta alguna. Ese profesional del Derecho actuó como patrocinador de la procesada en la audiencia reciente, el 3 de agosto.

Ese día, el juez José López Torres resolvió dejar sin efecto las medidas otorgadas en favor de Viviana G. (presentación periódica ante la Fiscalía) y dictó prisión preventiva. Dispuso oficiar a la comandancia de la Policía Nacional y a las autoridades de tránsito para la localización y detención de la procesada.

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Según el proceso, al encontrarse prófuga la demandada, la etapa de juicio quedará suspendida hasta que sea aprehendida o se presente voluntariamente ante la justicia. Y sobre la petición de la acusación particular de oficiar a la Fiscalía para iniciar un nuevo proceso penal, se negó lo solicitado.

A pesar de su inconformidad en cómo se ha llevado el caso en la administración de justicia, Elizabeth Pacheco espera que la procesada reciba la sanción que establece la ley. Aunque eso no le devolverá a su esposo, dice que al menos aquello serviría de consuelo, que su lucha de un año y casi cinco meses habrá valido la pena.

“Desde el 30 de marzo de 2022 que pasó todo esto es una pesadilla de la que todos los días espero levantarme y que sea simplemente una pesadilla, pero no pasa. Igual me levanto y veo que es mi cruda realidad que me toca aceptarla. A mí no me dieron un momento para digerir (la noticia) y aceptarla, me tocó aceptarla sí o sí, quiera o no quiera”, sostiene la mujer con voz entrecortada. (I)