Ana María Ramírez no puede dejar de llorar al recordar a su hijo, John Baño Ramírez, de 14 años, quien murió atropellado a inicios de este año. Junto a él falleció su prima, Katiuska Fuentes Bustamante.

La madre del menor cuenta que el domingo la celebración del Día de la Madre fue sombría, en la casa hizo falta el “feliz día, mami” junto a la tarjetita que cada año le entregaba John, a quien recuerda como un niño cariñoso.

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“Era un niño feliz, cariñoso, me llenaba de besos y abrazos, era mi único varón de dos hijos”, cuenta recordando la noche del 1 de enero cuando el conductor de un vehículo los embistió.

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Horas antes de la tragedia en Quevedo, ella junto con el niño, su hija Ana Napa, su prima Katiuska y otros familiares acudieron a una reunión a la que los invitó un tío en el sector La Judith, ubicado en la vía a Valencia, provincia de Los Ríos.

Al caer la noche, en medio de una pertinaz lluvia, al ver que no había un taxi disponible decidieron caminar por la carretera con la esperanza de encontrar un carro en el camino.

Sin embargo, mientras caminaban por la orilla de la carretera, cerca de la Casa del Cacao, fueron víctimas de un accidente.

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El conductor de un carro blanco arrasó con todo a su paso. John murió en el accidente, Katiuska Fuentes después, mientras que Ana María Ramírez y su hija resultaron heridas. El siniestro fue captado por cámaras de seguridad.

La fuerza del impacto fue tal que el vehículo expulsó algunos metros a una de las víctimas.

Mientras ellos permanecían heridos e inconscientes en el asfalto, el responsable del hecho abandonó el lugar en ese mismo instante.

Luis Baño, padre del menor fallecido, menciona que su hijo estudiaba en la Unidad Educativa Nicolás Infante Díaz y pide justicia por su muerte, no quiere que esa pérdida irreparable quede en la impunidad.

El atropellamiento de las personas ocurrió cerca de la medianoche del 1 de enero, en el cantón Quevedo. Foto: Cortesía. Foto: El Universo

Luego de varias semanas de permanecer hospitalizadas, Ana María y su hija lograron recuperarse, aunque en el cuerpo y en el alma quedaron las cicatrices del accidente.

El pasado 19 de abril, los familiares de John y Katiuska realizaron un plantón en los bajos de la Fiscalía, ahí con carteles en mano exigían agilidad en el proceso. “Queremos justicia”, se leía en una de las pancartas.

Ese día contaron que por quinta ocasión la diligencia de reconocimiento del lugar de los hechos se había suspendido. Eso generó frustración en los familiares de las víctimas.

Jorge Ballesteros, fiscal que lleva el caso, señala que la diligencia no se realizó en aquella ocasión porque no llegó el perito de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).

A finales del año pasado, cifras de dicha institución revelaron que cada cuatro horas muere una persona en las vías y carreteras de Ecuador. En promedio, seis personas perdieron la vida cada día.

“La Fiscalía desde que se iniciaron las investigaciones está practicando las diligencias de rigor, en las otras ocasiones no se ha dado por factores no atribuidos a la Fiscalía ni a la parte de las víctimas (...) y el hecho de que se esté solicitando diligencia es una muestra de que el caso se está investigando”, remarca Ballesteros, quien finalmente pudo efectuar el reconocimiento del lugar de los hechos el pasado 2 de mayo, cinco meses después de ocurrido el accidente que provocó dos muertes.

“Se le ha dado a la familia de las víctimas toda la apertura, a veces existe desinformación, hacemos un llamado a respetar los términos que la Fiscalía tiene para investigar”, sostiene el funcionario.

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Luis Baño, padre del niño, refiere que dos semanas después de esa diligencia el dueño del carro los convocó a una reunión para hablar sobre lo que ocurrió el 1 de enero de este 2023. El encuentro se efectuó en una notaría, cuentan los familiares de las víctimas, quienes indistintamente de aquello quieren justicia en este caso.

La Fiscalía continúa con el proceso de investigación ante el accidente que dejó a dos personas fallecidas y a otras dos heridas.

“El fiscal nos dijo que el proceso igual se investiga”, manifiesta Baño, al precisar que ni todo el dinero del mundo le devolverán la vida y felicidad que le daba su hijo.

(I)