Un gobierno ahorrador no es un gobierno productivo. El presidente solo piensa en ahorrar y no en fomentar la producción.

Este país es un país paralizado, no hay fomento al trabajo productivo, las arcas fiscales están vacías, la deuda interna con los prestadores de servicios al Estado es inmensa, contratistas están impagos desde hace varios meses haciendo que muchas empresas pequeñas y honradas que apostaron por servir al sector público estén en bancarrota y a un paso de la quiebra. Ya es hora de que el presidente deje de ahorrar para tapar los huecos que dejó el desleal gobierno anterior, es hora de pensar en producir.(O)

Carlos Alberto Salame Barzola,

psicólogo industrial, Guayaquil