En la actualidad el desarrollo sostenible se ha convertido en un tema de moda. Cada vez son más las personas que reconocen a la naturaleza como parte fundamental en la vida de los seres humanos, promoviendo la incorporación de este concepto en innumerables discursos gubernamentales desde donde se formulan una importante cantidad de políticas y lineamientos normativos, que buscan cumplir con gran parte de los objetivos de desarrollo sostenible desde un documento, pero desconociendo las verdaderas realidades de las comunidades en sus territorios y las dificultades a las que se someten diversas organizaciones al buscar proteger nuestra mayor riqueza latinoamericana que son nuestros bosques y todo lo que habita en ellos.

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Dicha percepción nos lleva a cuestionarnos sobre nuestra relación con la naturaleza y este fenómeno llamado cambio climático que ya toca directamente la piel de millones de personas alrededor del mundo, poniendo en juego nuestro propio bienestar al demostrarnos la inferioridad que como seres humanos tenemos frente a la naturaleza, recordando que hacemos parte de ella y es nuestro deber moral y ético como latinoamericanos trascender a modelos de desarrollo menos destructivos como los que en la actualidad tenemos con el ambiente.

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Desde la neurociencia este planteamiento se puede fundamentar en la atención como principal articulador de la inteligencia en nuestros cerebros, ya que por las dinámicas del mundo vivimos distraídos, inmersos en nuestras propias realidades, lo que aumenta en la mayoría de los casos nuestra apatía hacia la naturaleza, normalizando que a diario el planeta pierda grandes cantidades de cobertura vegetal por intereses económicos y aún no se haga nada trascendental para detener esta situación.

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Alcemos la voz por las reservas naturales

¿Hasta qué punto la naturaleza soportará nuestra existencia en el planeta, aun sabiendo que constantemente nos envía alertas y no necesita de nosotros para funcionar? ¿Hasta qué punto continuaremos realizando cumbres mundiales y acuerdos regionales climáticos, si las metas que se trazan en estos en su mayoría no se cumplen y seguimos aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero? ¿En qué punto nos daremos cuenta de que la riqueza no solo se fundamenta en el acaparamiento de dinero que se queda en unos pocos y que para vivir es necesario aprender a conservar nuestros bosques desde la sostenibilidad y sustentabilidad?

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Este texto busca llamar a la acción a los líderes gubernamentales latinoamericanos mediante una articulación efectiva entre naciones que contemple las realidades de sus territorios y sean capaces de llegar verdaderamente a estos mismos con acciones concretas que disminuyan nuestra vulnerabilidad a los efectos del cambio climático como una realidad que ya debemos afrontar, ya que donde ponemos la atención se crean resultados y en esta etapa eso es lo que realmente necesitamos. (O)

Juan David Conde Torres, ingeniero forestal, Villahermosa, Colombia