Siempre he afirmado que este tipo de eventos no son un debate en estricto sentido, es más bien una exposición entre dos personas que aspiran a la presidencia de los Estados Unidos.
Los dos políticos responden preguntas de dos coordinadores, que les proponen los más variados temas y que ellos, en su turno, indican cómo van a actuar, de ser electos.
El presidente Biden buscó el debate frente a su adversario que lo aceptó. La gran oportunidad para exponer sus ideas ante la población.
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Como es su estilo, el candidato Trump lo apabulló, lo trató mal, lo acusó de ser el peor presidente de todos los tiempos, lo culpó de permitir una migración de puertas abiertas, que ingresan al país drogas y maleantes. Lo culpó de permitir que dichos migrantes ilegales absorban los beneficios de los norteamericanos, logrados gracias a la reducción del déficit presupuestario y de todos los males por los que atraviesa el país. Lo acusó de haber sido el presidente que ha permitido que el mundo le pierda el respeto a los Estados Unidos. Por supuesto, Trump evadió las preguntas que los coordinadores le hicieron sobre temas sensibles, como el reciente caso por el cual tuvo que pagar fuertes sumas de dinero.
Por su parte, el presidente Biden no estuvo claro en sus respuestas, algunas al parecer inentendibles y en dos ocasiones se olvidó de lo que estaba diciendo en sus respuestas. Trump manejó bien el tema económico, calificó a su gobierno como el mejor.
Participar en un debate siendo presidente, frente a un candidato, ya es una desventaja, per se, pues un presidente en funciones tiene buenas, regulares y malas actuaciones en el ejercicio del cargo y resulta fácil, para cualquier adversario, verles los peros a tales actuaciones presidenciales. Según especialistas políticos y politólogos americanos, la balanza del triunfo en este primer debate le correspondió a Trump.
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No sé si las leyes electorales de los EE. UU. les exigen a los candidatos presidenciales, obligatoriamente, debatir en tres oportunidades antes de las elecciones o si se trata de una costumbre democrática.
Joe Biden y el Partido Demócrata acusan a Donald Trump de mentir durante el debate
No conozco los temas de los siguientes debates presidenciales, entre el presidente Biden y el señor Trump, pero ya en el primero los temas fueron de variada índole, que al parecer cubrían todos los temas de interés de los votantes. Considero que los nuevos debates, nada nuevo agregarán al electorado norteamericano y serán más bien temas de segundo orden. (O)
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Sucre Calderón Calderón, abogado, Guayaquil
