Tras el anuncio del alcalde de Quito acerca de las consecuencias de conducir a exceso de velocidad, varios irresponsables continuaron haciéndolo, incluso las motos.

Siniestros de tránsito en Quito provocaron cinco muertes el fin de semana

Para modificar la peligrosa conducta se puede plantear una multa (jamás cárcel) de cinco dólares, todas y cada una de las veces que infrinja un conductor, de auto o motos, no solo por exceso de velocidad, sino también porque no cede el paso, porque su catalizador de gases no está bien, que sus llantas están lisas, etc. No cabe cárcel, no solo porque la medida es desproporcionada, según el art. 76 de la Constitución, y será declarada inconstitucional, sino porque tampoco se puede dejar que el juez decida a qué cárcel envía al infractor, porque si no hay cárceles disponibles se expone a que este vaya a parar a una de alta peligrosidad, cuando no cabe en ningún caso de contravenciones o accidentes de tránsito destinarse a una persona a una cárcel de ese nivel.

La velocidad máxima en las calles

Pero hay otras razones que el Municipio debería contemplar que hacen que su radical propuesta no sea eficaz. Es inmensa la mora que tiene con la comunidad, que causa tiempos muertos de transportación para los conductores en Quito: no hay semáforos ‘inteligentes’; y faltan parqueos –baratos, o incluso gratuitos– para no ocupar las calles, y permitir más fluidez en el tránsito. Como líder de la ciudad, el alcalde debe hablar con las empresas que ponen tiempos máximos de entrega a sus motorizados, que se ven obligados a conducir desesperados, lo que ha causado muertes y accidentes, entre 2022 y 2023 las motos ocasionaron el 30 % de los accidentes de tránsito. Hay que implementar carriles exclusivos para estas motos.

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Cambiar la multa de cárcel a conductores en exceso de velocidad por trabajo comunitario: ¿es legal la recomendación del alcalde de Quito?

El alcalde debe disponer a la Secretaría de Movilidad que dejen de exigir a los buses urbanos que cumplan con tiempos máximos en sus rutas, obligándolos a complicar el tráfico con sus impericias para llegar a tiempo. Van décadas que no se puede lograr la ‘caja común’ entre cooperativas, para evitar carreras por ganar clientes.

Ciudad de primera

En los hogares, empresas e instituciones educativas, los hábitos se procura a diario ir cambiándolos, por eso cabe una multa baja, aplicándose las veces que sea necesario, lo que además mejorará la sensación de justicia, con campañas de prevención previas, para bien de los residentes y de quienes visitan Quito. Es buena la idea de las campañas de prevención, con debida señalización, y campañas de concienciación, todo el tiempo, no solo dos avisados días del mes, para ir corrigiendo las conductas inadecuadas, causa de siniestralidad y muerte en la capital, una política que podría ser replicada en todo el país que vive realidades similares. Estamos a tiempo para mejorar. (O)

Diego Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito