Nadie es dueño de la verdad absoluta. Es innegable que tenemos derecho a la libertad de expresión, sin embargo, la intolerancia a la opinión ajena nos conduce a la violencia.

Debemos comprender que cada ser humano tiene una visión diferente a nuestras creencias y opiniones, esto se debe a muchos factores como el lugar de nacimiento, la cultura, las tradiciones, la educación, etc.; por tanto, somos diferentes. Tener consciencia de dichas diferencias es importante para lograr un ambiente de respeto, solidaridad. En la actualidad esas diferencias son más notorias por el desarrollo de las tecnologías que nos ponen frente a diferentes realidades, y por las desigualdades sociales que producen resentimientos en quienes carecen de mínimos recursos básicos para la supervivencia. Considero a la ciencia como un faro que ilumina el camino. Es importante comprender que nada es permanente, todo cambia, basta referirnos a la historia, en tiempos remotos se consideraban muchas verdades absolutas, hoy nos parecen absurdas, ridículas. Tenemos energía interna poderosa para poder discriminar cualquier influencia externa que nos seduce y termina sometiendo a dogmas, falsas ideologías. Nos queda un camino: intuición y sentido común que nos dicen que todos somos uno y nos impulsa a ser más conscientes, tolerantes, éticos, humildes, para conseguir ese mundo que anhelamos y juntos lo podemos lograr. (O)

Nicolás Reinaldo Loor Jara, ingeniero, Guayaquil