Con este título en honor al internacionalista Leopoldo Benites Vinueza (quien publicó un libro con este título), respaldamos la actitud del Ministerio de Obras Públicas y Transporte, y otras autoridades seccionales, que ante la tragedia ocurrida en Baños, Penipe, Monte Verde y zonas aledañas han actuado diligentemente tratando de minimizar los efectos destructivos del invierno, movilizando maquinaria pesada y personal suficiente, tratando de resolver los problemas emergentes resultantes. Es más, aplaudo la decisión de montar un puente bailey de 51 metros para habilitar la vía al Puyo.

Ecuador en su laberinto

Pero en Manabí las obras siguen postergadas y sin ninguna esperanza de solución de ninguno de los problemas que nos afectan. Empezamos por el puente en la principal carretera de la provincia, Montecristi – La Cadena, que colapsó hace más de tres años y no hay ni siquiera una fecha probable en que sea repuesto, mientras el puente en Baños será montado en diez días.

Ahora hacemos alusión ala represa Río Grande, proyecto inconcluso y con problemas técnicos persistentes, desde la culminación de la pantalla, en uno de cuyos anclajes hay una berma y las filtraciones en el túnel de descarga, que se incrementan día a día. Con técnicos idóneos, estos problemas pueden ser subsanados.

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Manabí y los proyectos del Gobierno

Perteneciendo a una provincia de gran acervo histórico, con una inmensa aportación a la nacionalidad ecuatoriana, tenemos el imperativo de reclamar nuestros derechos, frente al olvido de nuestra tierra. El país no tiene ni tiempo ni dinero para obras faraónicas.

Manabí no exige una mega-obra, solo completar tramos cortos que faltan, para que toda la vía Montecristi – La Cadena tenga cuatro carriles. La carretera San Plácido – Pichincha, un recapeo y fabricar variantes para hacerla más segura, esta vía se construyó en 1956. Culminar los canales de riego en el valle del río Portoviejo y terminar los canales de riego de Carrizal – Chone. Lo que exigimos es que Manta, el mejor puerto en el Pacífico, tenga las mismas prerrogativas que los puertos marítimos de Guayaquil, Posorja y Puerto Bolívar y el aeropuerto no siga marginado. (O)

Carlos Alberto Bernal Lange, ingeniero civil, Portoviejo