El problema de México

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, a través de su canciller, Alicia Bárcena, arrancó una agresiva campaña internacional solicitando que se condene a Ecuador e incluso que se lo suspenda de la ONU, sin que los países con ‘derecho a veto’ lo puedan ejercer. También presentó una demanda ante la Corte Internacional para que nuestro país sea finalmente expulsado de la ONU y analiza presentar una denuncia penal aquí por el allanamiento de su embajada en Quito para detener a Jorge Glas Espinel, delincuente doblemente sentenciado por asociación ilícita en el caso Odebrecht y por cohecho en el caso Sobornos.

Jorge Glas envía cartas a mandatarios de Colombia, Brasil y México sobre su encarcelamiento

El Gobierno mexicano también ha convocado a reunión extraordinaria de la Celac y el Mercosur, para que se sumen a dicha demanda, sin haber obtenido mucho éxito.

Vale indicar que en su larga historia diplomática, México anteriormente ya ha roto relaciones diplomáticas con Nicaragua, la antigua URSS, España y ahora Ecuador; además ha tenido sendos problemas con Panamá, Colombia, Perú, Argentina, Israel y hasta con el mismísimo Vaticano.

La Corte Internacional de Justicia anuncia fechas de audiencias públicas sobre demanda de México a Ecuador por ingreso a embajada

Con el único país que este presidente no se pelea –e incluso viaja a cada rato a entrevistarse en persona con su presidente– es Estados Unidos, su mayor socio comercial; y a él sí le ‘agacha la cabeza’, pese a sus abiertos desacuerdos ideológicos.

Vale indicar que los países que apoyaron a México en su condena a Ecuador en la ONU por la invasión de su embajada no lo hicieron por solidaridad, sino por su autoprotección, solo para que no les suceda algo similar a ellos.

Daniel Noboa dice que hará públicos los nombres de los ‘capos reales’ del narcotráfico en Ecuador

Los juicios en la Corte Internacional demoran años y la cruzada del presidente Andrés Manuel López Obrador para sancionar a Ecuador, con el paso del tiempo este quedará en nada. (O)

César Eduardo Benítez Jiménez, abogado, Guayaquil