Tengo en mis recuerdos entre los más sublime y respetados el final de un poema escrito hace muchos años por Alfred Tennyson y que en su parte última dice “cierto es que cualquier cosa que acontece lo siento cuando más duele, aún así, mejor es haber amado y perdido que no haber amado jamás”.
El problema no es problema si tiene solución, a veces la mejor solución es dejar ir cuando es imposible retener algo que dejó de funcionar, eso es parte también del amar.
Entre estar felizmente casado o libremente soltero, ¿cómo se vive mejor?
Ningún pájaro es feliz en medio de una jaula, anhela y sueña con su libertad, su naturaleza es volar, soñar con hacer su nido, conseguir su pareja para intercambiar picos, jugar con el viento; él sabe que si no amaina en las lluvias jamás faltarán los árboles con sus hojas que lo cobijen, que la pájara le rechace el nido es una posibilidad, pero siempre habrá el tiempo para emprender en una nueva jornada.
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Así como jamás existe fracaso en el amor porque hay miles de posibilidades, así también no existe el fracaso en nada, simplemente algo faltó o falló y hay que volver a empezar, la vida es de comienzos. Cuando le preguntaron al famoso inventor Thomas Edison cómo se sintió cuando fallaba al querer hacer el bombillo eléctrico, él les contestó que nunca fracasó, simplemente aprendió 100 veces qué es lo que no debía de hacer para lograr su trascendental invento.
El amor es Dios, es dinámico, invencible, es una fuerza irresistible, se llena de posibilidades y matices. Al amor hay que saberlo escoger, pero también hay que saberlo tratar y proteger. (O)
Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro