A través de la historia de la humanidad se ha concluido que dentro de la sociedad predominó la ley del más fuerte por condiciones físicas. Luego, la fuerza bruta dio paso a la fuerza bélica buscando las personas, a través de armas, imponer sus posturas. Después de ello, y como hemos visto en películas del viejo Oeste, el Estado trata a través de un comisario de controlar las balaceras de quienes delinquían o se batían a duelo. Así la nueva sociedad caminaba hacia un Estado de derecho donde los argumentos imperan entre las personas, mientras que el gobierno se encarga del control de las armas.
Muchos coincidirán en que en el año 1984 el Estado ecuatoriano tomó medidas que, al día de hoy, unos aplauden y otros condenan, esto, según sea la óptica de quien comente. Sin embargo, a los comentarios, como ciudadano que vivió en esa época, puedo decir que hasta el año 2010 aproximadamente no existía la zozobra o el temor de salir y recibir una bala como ahora.
Desde el 2010 se abrieron las fronteras sin exigir ningún pasado judicial. Esto fue como si a nuestra casa no importara dejar entrar a quien quiera. Y a la delincuencia que teníamos de poca complejidad le llegó un curso intensivo, pasando del kínder a verdaderas maestrías de cómo delinquir.
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En el Gobierno actual se nos pidió el apoyo al subir el IVA, para invertir en seguridad. Posteriormente llegaba un estado de excepción precedido de otro y otro y otro, según ellos, para que la fuerza del Estado se sienta en las calles. Durante el gobierno de Daniel Noboa se han registrado “solamente” 4.733 homicidios intencionales. Si dividimos estos 4.733 asesinatos para los ocho meses que van del año, equivaldrían a casi 592 muertos al mes, aproximadamente 20 diarios.
Lamentablemente, en las calles no vemos ni a la Policía Nacional ni a las Fuerzas Armadas patrullando. Lo que sí se nota es el terror de la ciudadanía y el rezo de las familias pidiendo que regresen sanos y salvos quienes salen a ganarse el pan de cada día o a estudiar. Mientras tanto, en la Asamblea Nacional aprueban el Día del Gamer. (O)
Cristhian Castro Velasteguí, abogado, Guayaquil
