Aún sin conocer los motivos de la mala relación existente entre el presidente Daniel Noboa y la vicepresidenta Verónica Abad, se debieron limar asperezas desde el momento en que estaban de candidatos y no ahora que se encuentran entronizados en sus respectivos cargos por encargo del pueblo.
Por el bien del país, deberían dar el buen ejemplo ante los ojos del Ecuador y del mundo, y postergar la solución de sus desacuerdos.
El país no es un “juguete” que se pueda manipular como les venga en gana y tienen la obligación de actuar correctamente, por el respeto que ellos mismos se merecen y por la consideración y respeto que merecemos todos quienes vivimos en nuestro querido Ecuador. (O)
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José E. Ortoneda Sánchez, Bahía de Caráquez