Faltan parqueaderos públicos en la capital del Ecuador, violentándose el derecho constitucional a acceder a bienes y servicios públicos de calidad e incumpliéndose la responsabilidad de proveer servicios públicos de vialidad bajo los principios de obligatoriedad y universalidad (artículos 66 y 314 de la Constitución de la República).

Al hecho de no contar con buena transportación colectiva ni buenas vías, se añade el estrés de no tener dónde parquear un vehículo. Quito debe aprobar proyectos de construcción de parqueos en el norte y sur, como el estacionamiento o parqueadero municipal Cadisán, que cumple su función en el centro histórico de la ciudad. Es desigual la lucha entre el ágil y ávido agente de tránsito por fotografiar y multar, frente al ciudadano avergonzado por no tener dónde parquear, quizá por no contar con los 40 centavos que el Municipio cobra sin ningún tiempo de gracia, e injustamente, en cada zona azul, aunque el uso se haga dentro de la hora de pago. El Municipio de Quito sigue además en mora, respecto al carril exclusivo para los scooters eléctricos (monopatines, patinetas) y también para motos, que cada vez se accidentan más. (O)

Fabián Valdivieso Anda, economista, Quito