La primera república democrática de Alemania, la de Weimar, fue desde el inicio sometida a constantes presiones de dos grupos políticamente antagónicos y abiertamente dictatoriales: el partido comunista alemán y el partido nacionalsocialista. Ambos eran grupos absolutamente violentos, criminales, con total irrespeto a las leyes del momento, con discursos abiertamente antidemocráticos y que sin embargo se apoyaron en sus leyes para que jueces condonen, mitiguen y absuelvan sus reiterativas violaciones legales.

La democracia

Ambos partidos tenían el mismo objetivo: los pobres y desposeídos alemanes. Ambos tenían un culpable, para uno eran los ricos e industriales, y para el otro eran los judíos. Ambos tenían el mismo accionar: disturbios callejeros, los discursos incendiarios y sus fuerzas de choque.

Aplaudiendo a dictadores

El pueblo cedió a uno de los grupos, el gobierno democrático se pulverizó y Alemania fue la protagonista de una hecatombe mundial. Vale la pena aclarar que si el pueblo se decantó por el grupo nacionalista, fue por los crímenes a autoridades y policías que realizaba el grupo comunista.

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Arsenal de democracia

¿A qué viene esta historia? Sencillamente para que abramos los ojos y dejemos de apoyar a grupos políticos, anarquistas y extremistas, que de llegar al poder lo único que harán será destruir al Ecuador.

Buscando la justa y perfecta democracia, encontraremos la perfecta tiranía. (O)

David Ernesto Ricaurte Vélez, ingeniero mecánico, Daule