Parece una pregunta de mal gusto, a lo mejor estoy en lo cierto. A pocos meses de las elecciones presidenciales, en febrero del 2025, el país se enfrenta a una situación que refleja la profunda disfuncionalidad de su sistema político: 17 binomios presidenciales (dato que ya escandaliza) y la soberbia actitud de los dueños de los partidos al considerar al pueblo ecuatoriano como tontos para que voten por alguno de los candidatos.
Fragmentación política en tiempos de crisis
Es verdad que la Constitución sostiene que todo ecuatoriano tiene el derecho a elegir y ser elegido, pero el sentido común exige que esa persona tiene que estar preparada. Es decir, el país necesita una reforma política, que limite la cantidad de binomios presidenciales, estableciéndose filtros más rigurosos en las primarias y elevando los requisitos para la inscripción de sus representantes, asimismo, con los asambleístas. Solo de esta forma se podría evitar que la democracia se convierta en un escenario de oportunistas. El actual sistema permite la proliferación de candidatos sospechosos independientes y de partidos sin bases ideológicas definidas, lo que contribuye a la confusión y la división de votos.
Esta proliferación de partidos ha permitido el oportunismo político para que se convierta en mercadillo político con discursos vacíos y promesas vagas, es aquí donde hay un voto desesperado e indeciso, a cambio de regalos.
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Considero que presidente y asambleístas que no cumplan sus funciones de legislar y fiscalizar en favor del desarrollo del país, con ética, eficacia y transparencia, debe ser denunciado y fiscalizado. Deberíamos organizarnos con participaciones en todos los sectores sociales, para dar seguimiento a la gestión pública, con mecanismo de control técnico, sin política demagógica. Por otra parte, lo que no debe existir son los rubros para auspiciar a los partidos en las campañas, porque estos representan al Ecuador un gasto en medio de una crisis.
¿Por qué los ecuatorianos hemos perdido la confianza?
Entristece e indigna sufrir ante estas actitudes politiqueras de los dirigentes con sus ofertas. Ahora hay que disponerse a escucharlos con la retórica más vasta y falsa. (O)
Robespierre Rivas Ronquillo, periodista, Guayaquil
