El teólogo Joseph Ratzinger fue convocado por el cardenal Frings, de Colonia como asesor para el Concilio Vaticano II. Entonces tenía 35 años el futuro papa, acometió su tarea con apasionamiento y su papel en la gran asamblea del catolicismo fue notable. Criticó los “esquemas” sobre los que debían trabajar, porque daban una impresión de escasa apertura, eran excesivamente dependientes de la escolástica, demasiado eruditos y poco pastorales. Partidario de reformas, impulsó la transformación de la liturgia e hizo otras propuestas renovadoras. Cuando se produjo el terrible Mayo Francés del 68, la revolución agitó también a Alemania. Y llegó hasta la Universidad de Tubinga, donde era catedrático y fue vejado por los revoltosos. Esto, junto con la radicalización de grupos católicos después del concilio, provocaron un giro. Consideró que las cosas habían ido demasiado lejos y se debía salvar la tradición.

Benedicto XVI: los abusos del padre Maciel, el mayor escándalo con el que tuvo que lidiar el Papa emérito en América Latina

En 2022 abogados contratados por la diócesis de Múnich produjeron un informe sobre abusos sexuales en esa circunscripción entre 1945 y 2019. En esos años, bajo el gobierno de seis arzobispos, incluyendo a Ratzinger durante cinco años, se habrían producido 497 abusos sexuales. Dicen que el futuro papa habría tenido en cuatro casos “cierta responsabilidad”, sin determinar cuál. De uno ya se sabía: un sacerdote fue recibido “para una terapia” a pedido de otra diócesis que dijo que era alcohólico y lo era, pero además pederasta. Este particular se ocultó al arzobispo muniqués. Cuando el cardenal ya había sido trasladado a Roma, se autorizó que el cuestionable clérigo ejerza su ministerio. Con poca seriedad se filtró el informe antes de publicarlo. Versiones sensacionalistas exageraron, sin precisar y mucho menos probar, las responsabilidades de Benedicto XVI. Por ejemplo, Ratzinger admitió un pequeño error en las declaraciones ante esa comisión y pidió perdón por ello. Una agencia publicó “admite falso testimonio en informes”, no es lo mismo, ¿no?

El papel del papa emérito Benedicto XVI en el Vaticano

Nombrado prefecto de la Congregación para la Doctrina, Ratzinger se ocupó de combatir este problema. Siendo papa inició la Operación Limpieza en la Iglesia para luchar contra los abusos sexuales y la corrupción financiera. Una de sus primeras medidas fue retirar toda potestad y privilegio a Marcial Masiel, fundador de los Legionarios de Cristo, considerado “el mayor depredador sexual de la Iglesia” y declaró tolerancia cero a los pederastas. El papa Francisco ha encomiado la fortaleza con que su predecesor encaró la situación. Las acusaciones de debilidad y más las de encubrimiento provienen de fuentes ideologizadas contrarias a la teología de Ratzinger y a la misma Iglesia. Pero, cuando aún era papa afirmó que la ola de pederastia que hizo temblar a la Iglesia se debía a las ideas de sensualidad y libertinaje que esparció por el mundo el espíritu de Mayo del 68. Discrepo de su visión. Ese problema ha existido por décadas y hasta por siglos antes del 1968. No diré que el celibato sacerdotal “cause” la pederastia, pero sí que esta institución disfuncional facilita la concentración de pervertidos en un medio en el que encuentran presas en abundancia y escondite. (O)