La Constitución y las leyes establecen la participación paritaria de las mujeres en las listas de candidatos y eso no se está cumpliendo; a la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) le escuché una especie de justificación para no hacerlo alegando el escaso tiempo del que se dispone para estas elecciones generales por el súbito dictado presidencial de la muerte cruzada.

Si el CNE les exige a las organizaciones políticas cumplir para estas elecciones con las leyes de paridad de género, pues tendrán que hacerlo, como lo han hecho en ocasiones, anteriormente.

Consejo Nacional Electoral envuelto en reclamos para que exija la paridad de género en la conformación de listas para los comicios nacionales anticipados

Entiendo que alguna o algunas asociaciones de defensa de los derechos de las mujeres ya han presentado recursos de protección de esos derechos femeninos; oí que anunciaban su decisión, si no eran atendidas en primera instancia, de recurrir a la Corte Constitucional. Mejor sería que el CNE comprenda el momento y se anticipe dictando las medidas conducentes para el cumplimiento de las leyes de paridad de género.

Las asociaciones femeninas podrían exigir a los partidos y movimientos políticos cumplir con las normas de paridad o arriesgarse, los que no cumplan, a un boicot generalizado de todas las votantes. Debemos recordar que el derecho al voto les fue reconocido a las mujeres después de largas y dolorosas luchas. El caso más emblemático fue el de la lucha encabezada en Inglaterra, a fines del siglo XIX y principios del XX, por la sufragista Emmeline Pankhurst, quien tuvo que pasar, incluso, temporadas en la cárcel; ella llevó su lucha a los Estados Unidos diciendo su célebre frase: “Estoy aquí como un soldado (era visitante solamente) que ha dejado temporalmente el campo de batalla (Inglaterra)”. Las sufragistas lucharon y vencieron. Vencieron a la ceguera y testarudez masculina. Vencieron obteniendo el derecho al voto, pero las sociedades todavía no les reconocen el derecho pleno en oportunidades de trabajo, igualdad salarial, acceso a los puestos directivos, gerenciales, participación en directorios. ¡Mucho camino por andar!

Decisiones políticas complejas y a prisa

Este sería uno de los más importantes casos que tendría que resolver la Corte Constitucional en estos apurados días de la muerte cruzada.

Resulta un tanto incomprensible que la Corte Constitucional para emitir su dictamen sobre el primero de los proyectos de urgencia económica enviados por el presidente haya convocado a una audiencia pública, en lugar de resolver en pleno derecho. Tratándose de una ley tributaria en que se disminuyen impuestos, en la que, además, se rectifica la creación anterior de tributos, no parece que habría oposición alguna y es, tal vez, la única que no corre peligro de ser derogada por la próxima Asamblea, que será, al parecer, de mayoría opositora. Esa mayoría, de ser así, querrá continuar con el enjuiciamiento político al presidente de la República, Guillermo Lasso, que no fue negado ni archivado, sigue en pie.

Decíamos la semana pasada que en esto de la muerte cruzada el remedio puede resultar peor que la enfermedad. En el país se vive, por lo estrecho de los tiempos, en una verdadera torre de Babel. ¡Que Dios nos coja confesados! (O)