La libertad y la democracia están perdiendo terreno en muchos países. No se trata solo de las grandes crisis de todos los días: las atrocidades de la guerra en Ucrania, la polarización política en Estados Unidos, el autoritarismo en Turquía, sino también los levantamientos más pequeños: los golpes de Estado en Burkina Faso, el caos impulsado por pandillas en Haití o los continuos ataques a la democracia en Venezuela, Nicaragua y Birmania. Y, por supuesto, las permanentes autocracias disfrazadas de democracias con la máscara de las elecciones: Corea del Norte y Cuba.

Durante 50 años, Freedom House, una ONG no partidista, ha trabajado para crear una escala de libertad en todo el mundo con su informe anual Freedom in the World. Para hacerlo, expertos asignan valores numéricos a los derechos de los partidos de oposición, el empoderamiento de los sindicatos, la independencia de los sistemas judiciales, entre otros criterios... País por país.

¿Van mejorando las cosas para la democracia? Este año, las noticias no son buenas: durante 17 años seguidos el mundo ha estado luchando una desdemocratización. Desde 2006, el número de países que experimentan una disminución de los derechos políticos y las libertades civiles ha superado a los que experimentan avances. Este año, 35 países vieron deteriorarse sus derechos políticos y libertades civiles, y dos no solo declinaron, sino que cambiaron de categoría para peor: Perú pasando de una designación de “libre” a “parcialmente libre” y Burkina Faso pasando de “parcialmente libre a “no libre”.

¿La buena noticia? El declive está desacelerándose: 35 países disminuyeron en 2022, pero 34 mejoraron, tratándose del margen de diferencia más pequeño en 17 años. Por supuesto que no es una noticia para celebrar. Cientos de años después de que Locke, Hobbes y Mill comenzaran a diseñar una visión de democracia liberal, solo el 43 % de los países del mundo se contemplan como libres y democráticos, y más países se están alejando de este ideal que acercándose a él. Con estos números, es inevitable reflexionar: ¿por qué hoy los gobiernos continúan reprimiendo a sus ciudadanos? Tenemos líderes corruptos que pisotean derechos. Y tenemos guerras y golpes de Estado que conducen a la eliminación de estos derechos. La democracia no prospera en la pobreza o en medio de conflictos por territorios o recursos. ¿Qué fortalece la democracia? Instituciones independientes que proporcionan pesos y contrapesos. Un Estado de derecho. Una prensa libre. Este informe nos recuerda que la democracia tiene fallas, pero que supera a las alternativas. La semana pasada recibimos en la Universidad Espíritu Santo al expresidente de Costa Rica Miguel Ángel Rodríguez Echeverría. Decía Rodríguez que no basta con tener buenos gobiernos, sino que se necesitan sociedades fuertes. La democracia, imperfecta como es, sirve de puente para lograr ambas.

A 60 días de estas elecciones anticipadas, debemos plantearnos cómo votar para tener un buen gobierno, pero también cómo logramos una sociedad que no permita que pisoteen sus derechos y que tenga sus principios democráticos claros.

Y usted, ¿a qué NO está dispuesto a renunciar? (O)