Las recientes declaraciones del presidente de la República respecto a la existencia de créditos con privilegios al Club Sport Emelec, esencialmente por obra y gracia del expresidente Correa, conocido hincha emelecista, se convirtieron en una de las noticias más relevantes de esta semana, al punto que eclipsó otras de mayor trascendencia y protagonismo. La controversia llegó a tal punto que periodistas e hinchas de otros equipos llegaron a cuestionar los campeonatos logrados por el Club Sport Emelec, insinuando que sin en el respaldo económico brindado durante el gobierno de Correa, difícilmente la institución azul hubiese conseguido los logros futbolísticos que lo convirtieron en el equipo de mayor éxito de la década

pasada.

En realidad, las insinuaciones acerca de los campeonatos obtenidos en la década pasada por Emelec no son nuevas; hace algún tiempo, el conocido portal 4pelagatos publicó un artículo en el cual se mencionaba que en época de Correa se generaron las condiciones para que Emelec se convirtiera en gran ganador, al menos en el ámbito nacional, toda vez que la institución recibió dinero de Venezuela y su cartera de auspiciantes (con contratistas del Estado y entidades públicas), citando el ejemplo del patrocinio de PDVSA, la petrolera venezolana, cuyo apoyo económico fue posible gracias a conversaciones directas de Correa con Hugo Chávez, lo que supuestamente significó un ingreso al club de alrededor de cuatro millones de dólares al año. Curiosamente, Correa sugirió, cuando era presidente, algo similar respecto de los campeonatos obtenidos por el club El Nacional durante la dictadura militar de los años 70, cuando dijo que la obtención del primer tricampeonato de dicho club entre 1976 y 1978 fue logrado exclusivamente por “un apoyo descarado hacia El Nacional de parte de los gobiernos militares”.

Poco tiempo después y ante los reclamos indignados de los integrantes de dicho club que habían participado en la obtención del primer tricampeonato, Correa indicó que sus declaraciones habían sido tergiversadas y que, en ningún momento, había pretendido desconocer los triunfos de El Nacional en la cancha; de hecho Correa no tuvo otra salida que invitar a los exfutbolistas del club a un almuerzo en Carondelet, indicando que “son el orgullo del país”. Ahora bien, hay una realidad inobjetable que ha sido analizada desde diversas ópticas, refiriéndome a la relación, en ocasiones no transparente, entre la política y el fútbol, pero sin perjuicio de cualquier conjetura, resulta aventurado cuestionar triunfos deportivos logrados a base del exitoso y sostenido desempeño de un club durante años.

Es posible afirmar que Emelec ganó sus campeonatos en buena lid deportiva y también sostener que el apoyo de Correa fue muy importante para solventar las finanzas del club. Que ese favoritismo resulte controversial es otra historia, pero no se debe olvidar que el apoyo a otros clubes profesionales fue también generoso y abierto en anteriores gobiernos. Sería ideal aprovechar la coyuntura para demandar un nivel total de transparencia en las finanzas de todos los equipos profesionales de fútbol. Sin excepciones, sin dedicatorias. (O)