Al pasar los días perdemos la sorpresa. Estamos viviendo eventos que son totalmente anormales. A partir del año 2000 el mundo se ha enfrentado a situaciones sui generis. Desde Abril/24 la Tierra se expone a un posible evento Carrington.

Richard Carrington, inglés, nacido en 1829, detectó y documentó la tormenta solar más intensa y extraordinaria que se ha registrado en la historia reciente de la Tierra. Carrington nos heredó una sucesión de hechos que nos indican cómo ocurre el evento, hoy los científicos encuentran paralelismos entre lo que ocurrió en 1859 (Evento Carrington) y lo que está ocurriendo ahora en el 2024.

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El evento Carrington ocurrió a inicios de septiembre de 1859, parece haber un comportamiento creciente en la actividad solar en mayo/24, que podría desembocar en un nuevo evento en septiembre. En general, tenemos definido un máximo solar para el 2025, dentro de este hecho aceptado por la comunidad científica, la ocurrencia de un Carrington es muy probable.

En 1859 la humanidad vivía otro tipo de sociedad, se iluminaban con velas, las personas se transportaban a pie o a caballo, se había descubierto el telégrafo como medio de comunicación, había grandes extensiones comunicadas con este sistema que incluían los Estados Unidos y Europa.

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Si bien el telégrafo fue un descubrimiento descollante para esa época, sabemos que maneja un nivel de diseño electrónico y eléctrico muy básico.

El evento Carrington provocó la desconexión, destrucción, el mal funcionamiento de aparatos de telégrafo en todo el mundo. Se cuenta que no se podían reparar las líneas de telégrafo porque al operarlas había peligro de explosión, algunos aparatos quedaron totalmente fundidos y destruidos.

También se habla de que algunos aparatos empezaron a dibujar garabatos con sus plumillas sin que estén recibiendo una señal, solamente por la interferencia de la tormenta solar, esto traído a tiempo actual significa que una explosión solar muy intensa puede tener un efecto importante en aparatos electrónicos, en las redes eléctricas y puede provocar la destrucción, mal funcionamiento de sensores y mecanismos.

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En 1859 hubo una paralización total del servicio de telégrafo de 2 a 3 días y el servicio fue restableciéndose a lo largo de las semanas y los meses. ¿Cómo se traduce este escenario de 1859 al mundo hipertecnologizado del 2024?

Las preocupaciones de los científicos se centran en que una tormenta Carrington podría destruir satélites de comunicación y dejarnos sin internet, sin televisión, sin conexiones bancarias. Nos preocupa la salud de los astronautas en la estación espacial, sus aparatos y experimentos, se sospecha la posibilidad de que aviones pudieran ser afectados en sus sensores, en sus aparatos internos y de navegación, lo propio para barcos que, en medio del océano, requieren de aparatos de ubicación y dirección.

Preocupa la salud de los humanos, su afectación a la piel, a título personal lo he sostenido por muchos años de forma científica, he aportado con conferencias sobre el tema y creo que todo evento extraordinario que ocurre en el sol afecta a nuestra sismicidad en la Tierra de forma general, no específica.

¿La situación actual pasará de ser un evento Carrington de poca magnitud, a un evento Carrington como el de 1859?, ¿Cuál sería la afectación en nuestra vida cotidiana a nivel de transmisión de datos, transporte de mercancías?, ¿Tendríamos un período de blackout eléctrico y de internet?

La situación del sol parece ir en incremento, un hecho inaudito es que cada semana estamos teniendo de entre 1 a 2 decenas de explosiones tipo X. En una semana más, tendremos la mancha solar AR3664, la más activa y asesina, frente a la Tierra.

Esta mancha ya ha provocado una explosión solar tipo X8.7 (una de las mayores de la historia), ¿continuará esta mancha solar disparando contra la Tierra?, ¿aparecerán nuevas manchas?, ¿aumentará la actividad solar en los próximos meses llevándonos a un desenlace tipo Carrington extremo?, son las preguntas que atacan nuestra mente en estos momentos.

Existe una altísima probabilidad de que hasta el 2025 estemos sometidos a un evento Carrington de grandes proporciones como el de 1859 o superior. Pero lo mas peligroso no es solo el evento Carrington.

Este camino al máximo solar del 2025 será algo que nos hará recordar que mientras más insistamos en la pedantería de nombrarnos “Homo Deus”, más la naturaleza nos enseña que dependemos de su benevolencia. (O)