“El que se pica pierde”, reza el conocido aforismo popular. Mientras Noboa se mantuvo todo el tiempo dentro de su libreto, Luisa promediando la mitad del debate empezó a perder el suyo, reaccionando cada vez más agresiva e irritada ante los ataques de que fue objeto. Su oponente, en cambio, al defenderse lo hizo con cierta dosis de sarcasmo y humor que lo dejó mejor parado.

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Los temas de la criminalidad y la narcopolítica, como de la desdolarización y el respeto a la institucionalidad a fin de garantizar la separación de poderes y la propia democracia y las libertades ciudadanas, fueron los de mayor interés.

Lo que tal vez prevalecerá más en el imaginario colectivo será la apelación recurrente que hizo Noboa a Luisa como la “rana René”, en alusión a cuál es su alias en los escandalosos chats de la dirigencia correísta con sus peones de la “Liga Azul” para influir en el control del CPCCS y en la designación del nuevo superintendente de Bancos. El chat atribuido al exconsejero Augusto Verduga respecto a que esto último era un objetivo estratégico para facilitar el lavado de dinero, no fue objeto de un desmentido categórico por parte de la candidata de la RC 5. Además, lo de la “rana René” tenía una carga implícita respecto a que su rival no es sino una marioneta del expresidente Rafael Correa.

La arremetida de Luisa contra Noboa argumentando que la presidenta de ADN María Moreno estaba encausada por narcotráfico, generó alguna duda sobre sus alcances e implicaciones. Sin embargo, se trataría de una denuncia presentada al parecer exprofeso por el correísmo para poder contrarrestar su presunto vínculo con grupos del crimen organizado en el marco del debate presidencial.

De otra parte, la acusación contra el presidente-candidato sobre que en contenedores de banano del grupo familiar se exportó droga a Croacia e Italia, no parece tener asidero a sabiendas que la contaminación de embarques es un problema generalizado por la operación de los carteles de la droga en los puertos marítimos.

Luisa estuvo en aprietos al tener que aclarar la desdolarización a la ecuatoriana, sugerida por su compañero de fórmula Diego Borja, así como por la legisladora Paola Cabezas de la RC 5, viéndose forzada a apelar a un acto de fe, a una especie de juramento público, respecto a que se respetaría al dólar como moneda de curso nacional.

Al cierre tuvo un momento incómodo cuando ante una pregunta de Noboa se vio forzada a reconocer la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, sin hacer alusión alguna al escandaloso robo que practicó en las últimas elecciones y que ha sido objeto de repudio generalizado de la comunidad internacional. La lealtad a sus principales aliados del socialismo del siglo XXI se mantuvo incólume.

Luisa apeló repetidamente al eslogan: “Orden, trabajo y paz”; asimismo invocó repetidamente el espíritu de unidad nacional que anima su propuesta política, así como la defensa a ultranza de las libertades en todas sus formas y manifestaciones. Momento en que Noboa tuvo que apelar a la memoria histórica de persecuciones y crímenes que jalonó la década correísta. (O)