Ni una potentísima bomba estallando en la oficina presidencial en el Palacio de Carondelet hubiera producido el remezón ocasionado por La Posta con su denuncia de “El Gran Padrino”, cuyas ondas sonoras llegaron hasta la mismísima Davos, en Suiza, y provocó la instrucción del presidente Lasso de que la Policía busque y detenga a los responsables del atraco al Estado en las empresas públicas.

Esto fue en su segundo comunicado; y en ese mismo sentido se dirigió a la fiscal general, luego de que horas antes había condenado las denuncias “sin fundamento” de irregularidades en el sector eléctrico, aunque ofreciendo colaborar en las investigaciones. Por supuesto que no podrán detener a los responsables oficiales, portadores de nombramientos, pues ya han puesto sus pies en polvorosa; menos a los intelectuales del tráfico de influencias; ni un pedido de búsqueda a la Interpol funcionará en breve, pues primero tendrán que activar un proceso judicial.

Es sorprendente que los colaboradores directos del presidente no hayan detectado lo que estaba ocurriendo, pues desde hace meses era un secreto a voces que algo olía mal en las empresas públicas, sin llegar a concretarlo, y menos en la forma fundamentada, detallada, con grabaciones, que hasta aquí lo está haciendo La Posta. Menos se habrá dado cuenta esa llamada Secretaría Anticorrupción que nadie sabe para qué sirve.

Correístas, socialcristianos y sus aliados quieren su propia comisión para investigar ‘el gran padrino’

La reacción de cólera del presidente no será, ni de lejos, suficiente para contener la indignación nacional. Si por el asesinato a la esposa de un oficial de Policía, en que ya el autor ha confesado su crimen, y que se trata de un crimen privado, el presidente pidió la renuncia de todo el Estado Mayor de la Policía Nacional, el país esperará medidas mucho más contundentes en este asalto a los fondos públicos. También debe revisarse la conveniencia de la existencia de la llamada Empresa Coordinadora de Empresas Públicas, EMCO, que es el Arca de Noé donde está acumulada toda la riqueza de aire, mar y tierra del Ecuador. Así como el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social dispone de todos los nombramientos de control del Estado, pues esta Empresa dispone de toda la riqueza pública empresarial. Todas las gerencias o presidencias de todas las empresas públicas son nombradas por esta superempresa sin subordinación a los directorios de cada empresa ni al ministro; todos están bajo sospecha de integrar esta red mafiosa y deberían dejar sus cargos. La fuga de los compinches y la orden del presidente de la República de que se los aprese confirman que la denuncia de La Posta es fundada. La demanda contra La Posta y Boscán por el acusado de ser el “Gran Padrino” puede irle en reversa; no me extrañaría que si fueran condenados se haga una colecta general de no más de un dólar por cabeza para pagar tal indemnización.

En momentos tan críticos, el presidente debería estar en el territorio nacional para responder por lo ocurrido.

Y esto ocurre en vísperas de la consulta popular, y no sabemos cuánto altere el resultado. Esperemos que se vote por las preguntas solamente. (O)