Últimamente escuchamos a los ministros y a los expertos en comercio hablar de encadenamientos productivos, pero realmente ¿qué son los encadenamientos productivos?

Básicamente, el encadenamiento productivo trata que varias empresas o personas están relacionadas al formar parte de cadenas de valor que les permiten tener mayor competitividad y beneficios mutuos. Es decir, el productor de banano se une con sus proveedores de fertilizantes y demás insumos para hacer crecer el banano, pero también se une con el que limpia el banano para luego procesarlo y convertirlo en chifles y al final ser exportado. Esta cadena de personas y empresas en cada etapa le agregan valor al producto que llegará al consumidor final.

La creación de políticas públicas encaminadas al fortalecimiento de encadenamientos productivos y cadenas globales de valor es lo in hoy en día en el comercio internacional. El país que no esté encaminado a una política de engranaje productivo se queda fuera del mercado, puesto que sus productos se vuelven poco competitivos en precios, tecnología y calidad.

Estar a la vanguardia de las políticas públicas en comercio exterior hoy en día es una necesidad, la globalización y la pandemia han demostrado que el ayudarnos y tendernos una mano los unos a los otros en momentos difíciles es lo que ha permitido que algunas industrias relacionadas puedan salir a flote sin importar las externalidades.

Una política pública de encadenamientos productivos se ve robustecida y completa cuando está acompañada de herramientas como son las zonas francas. Se ha logrado demostrar en estudios de la Cepal que las cadenas globales de valor crecen y se fortalecen cuando un país tiene zonas francas. De hecho, durante la pandemia, países que han contado con el régimen franco lograron ser versátiles y volverse aún más competitivos.

El ofrecimiento de la administración del presidente Lasso de crear zonas francas turísticas es correcta y bien intencionada, pero no es el único sector que puede ayudar a reactivar, sino que puede servir como herramienta de reactivación económica para todas las industrias y servicios que se generan en Ecuador. Por ejemplo, el sector de la salud ha demostrado que necesita ser más eficiente y contar con mayor inversión, las zonas francas de salud alrededor del mundo comprueban que estas sirven para atraer inversionistas y turismo al mismo tiempo.

Debemos proyectar un país que cuente con mejores condiciones y beneficios que otras zonas francas de la región, de lo contrario Ecuador sigue sin ser competitivo.

Además del momento político que se está viviendo en Ecuador, debemos de mirar lo que está pasando en países vecinos como Perú y Colombia, que han sido los grandes captadores de inversión extranjera. Perú con un futuro político incierto y con el socialismo tocando la puerta. Por otro lado, Colombia vive revueltas sociales nunca antes vistas. Es el momento para que Ecuador tome la delantera y sea el nuevo captador de inversiones, pero sin zonas francas robustas y versátiles no lo lograremos. (O)