¿Sabía usted que tiene un gemelo? Pues sí, lo tiene muy probablemente, dada la navegación web que desarrolla, sobre todo la de redes sociales, la tecnología está configurando para cada uno de nosotros una especie de “clon digital” que, paradójicamente, pudiera tener más consultas que el original, por parte de quienes buscan conocer más sobre su comportamiento social como referente en lo económico y productivo.

El creciente desarrollo de las tecnologías digitales, las redes sociales y los nuevos servicios vuelven la vida más fácil, sin duda, pero es posible que las personas no quieran compartir con ligereza su información confidencial, si saben que esto puede afectar su futuro acceso a la banca, servicios de salud o seguros.

Cada plataforma digital posee un conjunto específico de datos. Y con base en esa información podría desarrollarse una comprensión profunda de nuestros comportamientos en diversos aspectos de nuestras vidas. Una vez que se reúnen todos los datos disponibles, comienza a surgir una imagen más integrada: aquel nuevo concepto llamado “gemelo digital”, que es una representación del individuo físico en términos de sus datos. Estos datos históricos integrados podrían describir cómo nos comportamos como personas y, yendo un paso más allá, también podrían usarse para medir nuestra confiabilidad o incluso predecir nuestros comportamientos futuros. Va de la mano de la insistente idea de instaurar un sistema global de “puntuación social” que no ha sido factible aún por la diversidad cultural y política de los países.

...podrían usarse para medir nuestra confiabilidad o incluso predecir nuestros comportamientos futuros.

Gracias a la cantidad sustancial de datos que se crean y comparten en línea, en varios países, las personas están sujetas a un puntaje de reputación oficial que puede influir en casi cualquier aspecto de sus vidas.

Kaspersky, una importante transnacional de la ciberseguridad, recientemente ha encuestado sobre estos temas en 21 países, entre los que no estuvo Ecuador, pero sí vecinos como Perú y afines como Chile. ¿Qué descubrió? Que casi la mitad (46 %) de los consumidores han oído hablar de un sistema de crédito social; que más de dos quintas partes (43 %) de los encuestados compartirían datos privados confidenciales para obtener mejores tarifas y descuentos y que la mitad (49 %) de los encuestados ha tratado de obtener financiación para educación, vehículos o vivienda en función de su comportamiento financiero anterior.

Descubrió adicionalmente que un 18 % de los consumidores (dos de cada 10) dijo haber tenido problemas para lograr un préstamo o una hipoteca debido a la información recopilada sobre ellos en una cuenta de redes sociales. Una cuarta parte (24 %) de los consumidores dice que no confía al Gobierno con sus datos.

Muchos han admitido su arrepentimiento de haber puesto tanta información y por eso dicen NO. Sobre los ataques en redes sociales, curiosamente, hay una marcada organización con granjas de trolls operando en el Ecuador. Así que por cercano y fácil que parezca navegar en redes, divertirnos en YouTube, o polemizar en Twitter, debe estar consciente que de lo bueno o malo que allí usted haga, se nutre su gemelo digital. (O)