La cultura puede influir de manera significativa para tratar la inseguridad en la sociedad, a través de una serie de mecanismos y factores interrelacionados. Aunque la relación entre cultura e inseguridad es compleja y varía según el contexto y la región, es necesario mencionar que existen formas en las que la cultura puede impactar en la realidad de la inseguridad.

Existen varias, sin embargo en este artículo solo consideraré las normas sociales y los valores arraigados en una cultura que pueden influir en el comportamiento de las personas. Si una cultura tolera o incluso normaliza la violencia, el crimen o la resolución de conflictos a través de medios ilegales, esto contribuye a la inseguridad de manera directa al fomentar actitudes y comportamientos delictivos. Las normas sociales y los valores son conceptos fundamentales en la sociología y la antropología que influyen en la manera en que las personas interactúan y se comportan en una sociedad o cultura. Estos conceptos ayudan a establecer las pautas de comportamiento aceptadas y las creencias fundamentales que guían la vida de las personas en una comunidad. Aunque están relacionados, tienen diferencias importantes.

Una nueva política

Las normas sociales al ser reglas no escritas, o expectativas compartidas que definen el comportamiento apropiado, varían según la cultura y pueden ser específicas para diferentes situaciones y contextos. Así también, las normas sociales pueden abarcar aspectos como lenguaje, vestimenta, comportamiento en público, interacción interpersonal y la moralidad.

Mientras, los valores son principios fundamentales y creencias compartidas que guían las acciones y decisiones de las personas en su vida cotidiana, representan lo que una sociedad considera importante y deseable. Estos pueden ser éticos, morales, culturales o religiosos, y juegan un papel crucial en la formación de la identidad y la cohesión de una comunidad. Algunos ejemplos de valores pueden incluir la justicia, la igualdad, la libertad, la honestidad, la solidaridad y el respeto por los demás.

Ambos juegan un papel fundamental en la construcción de la cultura de una sociedad, establecen las expectativas sobre cómo deben comportarse las personas y cuáles son los principios fundamentales que deben guiar sus acciones.

Los modelos de conducta que se promueven dentro de una cultura pueden influir en cómo las personas abordan situaciones de conflicto o desafío. Si una cultura promueve la resolución pacífica de conflictos y la cooperación, esto puede reducir la inseguridad. Por otro lado, una cultura que normaliza la agresión y la hostilidad puede aumentarla.

La cultura también puede influir en cómo se aborda la educación y la prevención del delito. Las culturas que valoran la educación y la educación artística y cívica pueden estar más dispuestas a adoptar medidas preventivas para abordar la inseguridad.

Es importante tener en cuenta estas dinámicas al abordar problemas de seguridad y desarrollar estrategias de prevención, mitigación, pero, sobre todo, que las nuevas autoridades que queden electas consideren al arte y la cultura como eje primordial para tratar estos problemas. (O)