Es un tremendo error, no compone ni subsana nada, son intimidaciones que en definitiva no dan ningún resultado ni reparan lo que supuestamente se quiere componer; tan solo hacen daño a la economía individual de los consumidores a quienes les imponen mayores gravámenes.

Los aranceles no gravan a los países que se quiere afectar, a quienes realmente afecta es a los ciudadanos del propio país que los impone, a los consumidores locales de los países que se supone se quiere proteger. Es un bumerán, un haraquiri. Una controvertida protección que no produce ningún beneficio. Al final deben desmontarse y terminarán malogrando las relaciones de los países que recurren a ellas.

El arma del comercio y la misteriosa imitación

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza a China, México y Canadá con altos aranceles como castigo por su balanza comercial adversa y por los migrantes o drogas que se escurren por su frontera, en definitiva por tener un balance positivo en el comercio con Norteamérica. Los consumidores estadounidenses son los únicos perjudicados por los aranceles que se impongan a países. Tendrán que pagar un mayor precio por los productos que se importen.

El control de las fronteras es responsabilidad compartida de los Estados fronterizos, cada uno de su lado. No se puede culpar a uno solo, hace mal Estados Unidos responsabilizando a México o Canadá por el paso de drogas o migrantes indocumentados, y, más grave, el amenazar como castigo aranceles discriminatorios contra los productos de esos países. Al final, el problema se origina en la excesiva demanda de drogas y la falta de mano de obra insatisfecha que existe en los Estados Unidos.

Claudia Sheinbaum envió una carta a Donald Trump para evitar los aranceles al acero y al aluminio

El presidente ecuatoriano comete el mismo error al imponer 27 % de aranceles a los productos mexicanos, a la vez que libera de todo tipo de impuestos y gravámenes a las importaciones de alimentos e insumos para mascotas y animales domésticos. Es un total contrasentido, desgravar productos para nuestras mascotas, mientras se encarecen las medicinas o insumos necesarios para nuestros niños, enfermos o ancianos.

La globalización, los procesos de integración, los bloques y acuerdos comerciales tienen como finalidad aprovechar las ventajas comparativas de los países para favorecer una mejor calidad y nivel de vida de los ciudadanos involucrados, nunca al revés. Las decisiones políticas que afectan la libre movilidad de bienes y servicios tienen efectos muy graves en el desempeño de las economías sujetas a este tipo de restricciones.

El mundo entero entrará en una etapa nociva de proteccionismo económico, los tratados de libre comercio serán letra muerta y los que están en negociación ya no se darán. A su vez, las políticas antiinmigración de Estados Unidos disminuirán las remesas que envían los ecuatorianos en ese país.

Se causará un estancamiento económico global, que incidirá en el precio de los commodities y afectará las exportaciones del Ecuador. En definitiva, los aranceles carecen de lógica económica y conducirán a una recesión económica mundial, con consecuencias graves en los mercados financieros con mayores tasas de interés. (O)