Una de las consecuencias silenciosas de la guerra entre Rusia y Ucrania fue el desabastecimiento de insumos fabricados con base en semiconductores en la industria de la electrónica. Citando un ejemplo, a finales del 2021 la falta de materias primas para crear semiconductores tuvo como efecto secundario un incremento de precios en dólares entre el 15 % y 20 % en los productos fabricados con esta tecnología, una situación inusitada teniendo en cuenta la estabilidad de las últimas dos décadas, donde inclusive se observó decrementos en los precios de venta de ciertos productos con electrónica que obedecen a la misma tecnología, además del rápido crecimiento de tecnologías alternativas. Esto impactó en los costos y en los precios finales que llegan al consumidor en términos de dólares y en la capacidad adquisitiva. El problema hoy está en el desabastecimiento de los productos terminados, una situación que se prolongará por lo menos un año más hasta que las grandes potencias comiencen a producir semiconductores con las nuevas fábricas que iniciaron su construcción durante la pandemia. Esto evidencia claramente que hubo un sinnúmero de partes e insumos de uso industrial que no pudieron ser fabricados, y algunos otros que no fueron entregados. Por ejemplo, los plazos de entrega en contratos de equipos de instrumentación, motores y demás elementos se extendió hasta en el 50 % de su horizonte temporal. Otro sector que se vio afectado fue el de la fabricación de carros importados, pues se retrasó y por ende no pudieron llegar al país, incidiendo de manera directa en la balanza económica del sector. A nivel mundial, en determinados momentos el conflicto bélico produjo la caída de las acciones de las empresas automotrices entre el 2 y 4% en la bolsa mundial, lo que se reflejó directamente en la cadena de suministros e inclusive hasta en el número de trabajadores por agencia en países como el Ecuador, los cuales no tienen una representación significativa de fabricación nacional.

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Es tiempo de cimentar planes que permitan la integración tecnológica que apuntale la fabricación de materiales terminados...

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En vísperas de un aumento de tensión entre China y Taiwán, que afectará de manera incidente la economía de nuestro país, es obligación del Gobierno prever acciones que permitan remediar e inclusive prevenir el desabastecimiento de partes, repuestos, piezas, medicina y cualesquier otro insumo que afectase a la producción nacional e inclusive al sistema de salud del Ecuador. Es tiempo de aprovechar estas irrupciones en la economía global para cimentar planes de desarrollo que permitan la integración tecnológica que apuntale la fabricación de materiales terminados en el país. Inclusive, con esta problemática que se suscita a nivel mundial, las grandes potencias buscan economías alternativas para el aseguramiento de la producción para un mundo globalizado. El país debe dejar de exportar materia prima y empezar a procesarla localmente para, con base en esto lograr un mayor desarrollo técnico, científico y económico. Las economías a escala deben apuntalar el crecimiento social del Ecuador, para aumentar la balanza de ingresos en la familia del país, y asegurar que el PIB sea sostenible. (O)