Los requisitos mínimos para la implementación de proyectos suelen orientar a que la planificación, la ejecución, el control y el tiempo posterior a ello estén asegurados de tal manera que se cumplan los objetivos planteados. Por ejemplo, mínimamente un proyecto debe tener: a) datos generales, b) diagnóstico del problema, c) objetivos del proyecto, d) viabilidad y plan de sostenibilidad, e) presupuesto, f) estrategia de ejecución, g) anexos. Cada uno de estos ítems se subdivide o desglosa en elementos importantes para la consecución de lo planificado.

Esto debería ser lo mínimo que se les acepte a los candidatos a la Presidencia antes del debate electoral. Con esto, no quiero manifestar que el debate no sea una herramienta útil y eficiente, pero es que nos hemos acostumbrado a que literalmente nos ofrezcan la luna y las estrellas, y enamorarnos de la propuesta que suena más bonita. Los ecuatorianos quedamos atónitos y hasta cierto punto cegados por aquellos candidatos que presenten números e ideas de cómo sacar al Ecuador de la pobreza, del subdesarrollo y de la profunda crisis social que por años ha sido parte de nuestro día a día.

La otra penumbra

Debería existir un comité probo, apolítico, que no esté afiliado a organizaciones, internacional de ser posible. Este grupo de personas, que no necesitan estar físicamente en el país, debe revisar al detalle la planificación que presenten los candidatos, y de esta manera poder transparentar ante el país si lo que se presenta es adecuado, concebible y realista. Esto, para que los ecuatorianos sepamos que no siempre la propuesta más pomposa es la mejor y la adecuada. Voy a citar una anécdota personal, en la que una candidata a alcaldesa en la provincia de Esmeraldas ofreció construir un tren bala para mejorar el transporte agrícola como tal.

El futuro llama a la cordura

Esmeraldas es una provincia que carece de los servicios básicos; es decir, no tiene agua 24 horas en el día, no tiene alcantarillado, no tiene acceso a la salud, es la penúltima o a veces última en indicadores educativos, sus calles llenas de baches, sin recolección de basura regular, con contaminación ambiental elevadísima, narcotráfico, extorsiones, inseguridad y demás problemas que no podría mencionarlos en estas cortas líneas editoriales. Pero el ciudadano le dio el voto a la persona que le ofreció un tren bala. De la misma manera, tenemos autoridades que nos representan a nivel nacional; que, aparte de no tener los conocimientos, se enfrascan en la lucha mediática como su arma de reelección.

Esto debe acabar ya. El país no puede más. El Ecuador necesita filtros para sus autoridades. Si se sugiere colocar a una persona con títulos, puede ser catalogado como un atentado al derecho democrático. Entonces, hagamos que nuestros representantes, sean quienes sean, presenten un plan mínimamente estructurado. Un plan sostenible y no con base en voluntades, como se ha manejado hasta ahora. ¿Usted cree que habría tantos candidatos como ahora si este fuese un requisito? Es posible que no, porque sobre lo planificado es más difícil desviar fondos. Si esto no sucede, tendremos un país que acentúe su decadencia en un corto plazo. (O)