Los censos de población, por definición, deben ser anónimos. Los censados no deben ser identificados y los resultados del censo, así como el uso de las bases de datos producidas, deben ser utilizados de forma exclusivamente agregada. Nunca de forma individual ni atada a códigos como la cédula de identidad. Evitar incluir la cédula es un consenso internacional, pues solo cuando un censo es anónimo sus informantes entregan información con confianza puesto que saben que sus datos no podrán ser utilizados para fines políticos, para invadir su privacidad o para violentar su seguridad.

El ecuatoriano debe reflexionar y reconocer el censo como un mecanismo que debe ser vigilado y auditado por intereses ciudadanos.

No hace falta ser un erudito para darse cuenta sobre la situación de inseguridad en el país o la alarmante tendencia de ciberdelitos cuyo origen está en el acceso ilegal a datos personales confidenciales. Las bases de datos, inclusive de seguridad nacional, circulan ilegalmente como si se tratasen de artículos de bazar. Agregar la cédula a la base de datos del censo es poner en bandeja de plata a delincuentes y mercaderes de datos la información confidencial de ecuatorianos. Si el INEC insiste y los ciudadanos entregan su cédula en el censo, será cuestión de tiempo para que se fomenten crímenes que pueden ir desde la suplantación de identidad hasta la planificación y ejecución de secuestros.

Preguntas y respuestas sobre el Censo 2022, ¿cuándo y cómo será?

¿Por qué es peligroso entregar la cédula en el censo si los ecuatorianos tenemos la mala costumbre de darla en trámites? Porque al entregar la cédula en el censo se está dando información personal y familiar al mismo tiempo que se está entregando un código identificador. Recuerde que el INEC con el censo sabe la dirección de su casa; cuántas personas habitan en ella, cuántos años tienen cada uno y la condición económica de su hogar. Tendrá acceso a información delicada, como identidad y preferencia sexual, nacionalidad, condición migratoria, entre otros.

Uso indebido de los datos personales

¿Se puede imaginar las consecuencias de que circulen bases de datos con esta información incluyendo su cédula de identidad? El INEC pretende incluir la cédula en el censo con el pretexto de producir un censo basado en registros administrativos. Este tipo de estrategias se ejecutan primero a través de instituciones que tienen competencia para ello y solamente después de haber construido un sólido sistema despolitizado y autónomo de almacenamiento de datos. El Ecuador no cuenta con esos elementos e inclusive si existiesen, no es competencia del INEC producir registros. Por algo el Instituto de Estadística y Censos no se llama Registro Civil y por algo existe una Dirección de Datos Personales. Al incluir la cédula en el censo, el INEC se extralimita de sus competencias legales y viola leyes explícitas. El ecuatoriano debe reflexionar y reconocer el censo como un mecanismo que debe ser vigilado y auditado por intereses ciudadanos. Inclusive a nivel político es inentendible cómo un gobierno que promovía la protección de derechos individuales frente a abusos estatales ahora promueve la extracción de información privada y confidencial exponiendo la ya muy débil seguridad ciudadana en que sobrevivimos. Ojalá el Gobierno reflexione y quite la cédula del censo, si no los ciudadanos deberán movilizarse para evitar entregar esta información y ser víctimas de un mayor nivel de inseguridad. (O)