La incompetencia es un concepto que a menudo se escucha, pero ¿qué significa realmente? La incompetencia es la falta de habilidad para realizar algo. Aunque puede ocurrirle a cualquiera, cuando se presenta en posiciones de liderazgo, las consecuencias pueden ser graves.
Imaginemos por un instante a un líder que no sabe cómo construir la estrategia de la organización a su cargo, que no tiene idea de cómo conducirla y motivar a sus colaboradores. Sobra decir que las consecuencias serán desastrosas.
Desde la psicología, se ha estudiado cómo algunas personas no son conscientes de sus limitaciones, esto se relaciona con el efecto Dunning-Kruger, donde quienes carecen de habilidades a menudo se sobreestiman. Irónicamente, estas son las personas que suelen ocupar puestos de liderazgo.
En el ámbito empresarial, el Principio de Peter sostiene que las personas son promovidas hasta alcanzar su nivel de incompetencia. Por ejemplo, un vendedor excepcional puede ser ascendido a gerente, pero eso no garantiza que tenga la capacidad para liderar.
El Foro Económico Mundial ha subrayado varias competencias esenciales para los líderes en sus informes. En 2016, el Informe sobre el Futuro del Empleo destacó la importancia de la comunicación efectiva, la empatía y las habilidades interpersonales como fundamentales para el liderazgo. En un artículo de 2018 se enfatizaron la adaptabilidad y la capacidad de tomar decisiones rápidas en entornos cambiantes. En 2023, se reiteró la necesidad de habilidades blandas como la resiliencia, integridad y colaboración, resaltando que los líderes competentes son aquellos que pueden inspirar a sus equipos y gestionar crisis de manera rápida y eficaz.
La incompetencia en los altos cargos puede tener efectos muy negativos tanto en el sector privado como en el público. Elegir un congreso incompetente puede llevar a la aprobación de leyes que no benefician a la ciudadanía. Un alcalde que no sabe manejar los recursos puede dejar a los ciudadanos sin servicios esenciales. De igual manera, un mandatario incompetente puede conducir a un país hacia una crisis económica.
Cuando los líderes no saben lo que hacen, los empleados o ciudadanos tienden a sentirse frustrados. En el sector privado, ocasiona una disminución de los resultados. En el sector público igual, pero más aún puede significar que la gente pierda la fe en su gobierno.
En contraste, los líderes competentes tienen la capacidad de administrar, saben tomar decisiones rápidas y efectivas en situaciones difíciles. Un buen gerente puede reorganizar su equipo y encontrar soluciones a problemas.
Por estas razones, es fundamental elegir bien a quienes ocupan posiciones de liderazgo. No se trata solo de poner a alguien con experiencia; es necesario que las personas seleccionadas realmente sepan lo que están haciendo. La democracia o cualquier otro criterio que se esgrima no puede ser una justificación para dejar de evaluar a los candidatos de forma rigurosa, asegurarse de que posean las habilidades necesarias es crucial para el éxito.
Estamos cercanos a nuevas elecciones y debemos insistir en la necesidad de elegir líderes competentes. (O)