Desde el pasado 29 de agosto y hasta el 22 de septiembre, en la ciudad de Loja se desarrolla la feria más grande del país, espacio en el que confluye la actividad comercial, industrial, de emprendimiento, innovación y, desde luego, las expresiones artísticas y culturales más depuradas, muy propias de la capital musical del Ecuador.

Como se recordará, el libertador Simón Bolívar, con su visión unionista de las repúblicas americanas, en 1829, decretó la feria de Loja, como un elemento articulador de la integración que debía existir entre los países de la región, posibilitando –en este caso– el intercambio comercial entre comunidades fronterizas del sur del Ecuador y norte del Perú que comparten una historia común, tradiciones e incluso lazos familiares que los atan e identifican fuertemente.

Y desde luego no hay cómo soslayar la presencia de la Virgen de El Cisne como la figura central y determinante que promueve no solamente la fe de un pueblo mayoritaria y profundamente católico, sino también la intensa actividad turística y económica que conlleva la realización de una de las más grandes y antiguas peregrinaciones que se registran en América Latina.

Sin duda uno de los aportes que genera la Churonita, como cariñosamente se la conoce en el último rincón del mundo a la Virgen María, es ese enorme flujo de fieles que mueve poderosamente, cada año, a la industria sin chimenea que es el turismo. Como se ve, la Virgen de El Cisne no necesita de etiquetas y por eso lo anodino de la sentencia n.º 51-17-IN/21 del 13 de octubre de 2021, de la Corte Constitucional del Ecuador, a través de la cual, apelando a la laicidad estatal, declaró la inconstitucionalidad del artículo 1 del Acuerdo n.º 2017-020 del Ministerio de Turismo, el cual decía: ‘Ratificar en su totalidad el Acuerdo Ministerial n.º 000035 de 31 de julio de 1996 emitido por esta cartera de Estado y re consagrar a la Santísima Virgen María en su advocación de El Cisne como patrona de Turismo Nacional...’. No obstante, debemos recordar a los jueces que, en el preámbulo de la propia Carta Fundamental, se inicia invocando el nombre de Dios y reconociendo las diversas formas de religiosidad y espiritualidad que acompañan a nuestro pueblo.

De ahí la importancia de apoyar y potenciar a la feria de Loja, desde el ámbito público y privado, cuya versión número 195 incluye una amplia y nutrida agenda de actividades que se cumplen en el Complejo Simón Bolívar, que incluye la feria provincial de emprendimiento; feria financiera y vitrina comercial; festival de artesanías; día empresarial; festival artístico y cultural; obras de teatro; actividades deportivas y lúdicas.

Es evidente la capacidad de los lojanos para labrar su propio destino pese a la marginación impuesta desde un Estado centralista, explicada por el carácter indomable de los hombres y mujeres del sur. El intelectual Alejandro Carrión Aguirre decía: “El lojano no se desesperó ni se refugió en el lamento estéril. Se hizo una coraza de confianza en sí mismo y comenzó a trabajar su propio porvenir...”.

La feria de Loja, por su calidad, merece ser visitada por propios y extraños. (O)