Ha terminado la primera vuelta electoral con resultados inesperados de una elección atípica, con un camino doloroso por el asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago, y de Fernando Villavicencio. Estos hechos, sumados al debate presidencial, revolucionaron el tablero electoral.

El tema de la seguridad sin duda fue protagonista en la campaña electoral, no solo por el agravamiento de la situación en el país, sino por estos hechos de violencia que vivimos. Jan Topic, el candidato que más focalizó su discurso en la seguridad de una forma valiente y con propuestas específicas, logró captar la atención del electorado a tal punto de llegar a la última semana en plena disputa de un lugar en la segunda vuelta, según varios estudios. Jan emerge a partir de esta elección como un nuevo actor político, distinto y con un plan estructurado con objetivos específicos y un eje transversal en la seguridad.

Lea las principales noticias sobre las elecciones en Ecuador

Otros candidatos que se esperaba que sean protagonistas se derrumbaron electoralmente al no haber podido conectar su propuesta a esa situación grave que amenazaba al país. En esta elección, cualquier tropiezo comunicativo de los temas principales pasó factura, entre ellos a Otto, quien hizo todo correcto salvo la estrategia comunicacional. Él tendrá en el futuro otra oportunidad que su preparación y entusiasmo merece.

Fernando Villavicencio era un protagonista de la elección y nadie sabe lo que hubiera ocurrido si su vida no hubiera sido truncada; el relevo lo tomó con lealtad su compañero Christian Zurita y obtuvo una importantísima votación pese a las limitaciones que tuvo de no participar en el debate y no haber tenido tiempo ni espacios por la tardanza en su calificación como candidato. Pero el capítulo aparte que reservo es para Andrea González, sin duda una gran revelación de estas elecciones con un liderazgo natural y extrema valentía, y desde mi óptica la más destacada de las candidatas a vicepresidente.

A Daniel Noboa nadie lo vio venir, su plan era lograr una proyección hacia el futuro, pero el futuro lo proyectó a él en el presente, irrumpiendo en el tablero en el momento clave del debate presidencial y con un gran manejo estratégico en redes sociales posdebate. Su trabajo en conjunto con su esposa y su madre, en territorio, sumado a su imagen fresca sin contradictores ni confrontaciones lograron construir el mayor crecimiento de una candidatura que se recuerde en los últimos días de una campaña: veinte puntos. Queda con claras posibilidades de ser el próximo presidente.

Andrea, Jan, Otto y Daniel, entre otros, son la nueva generación que nos deja esta elección; una generación que le interesa el país, que no son cómodos de mirar de lejos lo que pasa; una generación capaz de felicitar al rival que ganó y de compartir su plan como sucedió con Jan a favor de Daniel; una generación que tiene otra conexión con el voto joven a través de las plataformas sociales digitales que las encuestadoras y analistas no logran medir ni descifrar. Hay esperanza con la nueva generación, el país los necesita. Habrá segunda vuelta, lo cual dará legitimidad de mayoría a quien gobierne. (O)