María Corina Machado se erige como un faro de esperanza para los venezolanos que anhelan el retorno de la democracia y la prosperidad a su nación. Su inspiradora, incansable y valiente lucha por la libertad y los derechos humanos en Venezuela la posicionan como una figura digna del Premio Nobel de la Paz.

Ha dedicado su vida a la causa democrática, enfrentando con extraordinaria gallardía la represión, persecución y amenaza de cárcel, secuestro o exilio, impuestos por el régimen chavista que ha demostrado sevicia en su determinación de retener el poder más allá de los cumplidos 25 años.

Dictador

La soberanía de los venezolanos

Ella, a pesar de su vulnerabilidad como mujer, ha mantenido una postura firme y pacífica frente a un aparato estatal que no duda en utilizar sus cuerpos militares y policiales para reprimir. Es admirable que haya promovido la candidatura de Edmundo González y apoyado su campaña electoral, después de ser inhabilitada para participar en las elecciones presidenciales de julio de 2024. Dice mucho sobre la esencia de su personalidad: 1. Altruismo, al anteponer los intereses del país y la democracia por encima de sus metas; 2. Humildad, al aceptar la inhabilitación y enfocarse en encontrar una solución para el bien común; 3. Liderazgo desinteresado, centrado en el movimiento y la causa que representa; 4. Capacidad de trabajo en equipo, compartiendo objetivos y valores; 5. Generosidad política, dispuesta a ceder el protagonismo y apoyando a otro candidato para lograr el objetivo común de derrotar al chavismo; 6. Madurez política, al no desanimarse con la inhabilitación; 7. Compromiso real con la democracia, incluso cuando enfrenta amenazas concretas de un tirano.

Su visión en la resistencia serena y el cambio democrático ha inspirado a millones dentro y fuera de Venezuela. Mantiene viva la llama de la libertad en un país sumido en la crisis, corrupción y opresión. Representa la esperanza para que más de 7 millones de expatriados puedan regresar a un país cuando sea libre y próspero.

María Corina –la mujer de hierro– evidencia gran idealismo, que la distancia de la simple ambición del poder por el poder mismo. Ella transmite un genuino deseo de transformar Venezuela. Sus méritos recuerdan a los de otros laureados con el Nobel de la Paz, como Óscar Arias Sánchez, Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú y Juan Manuel Santos. Como algunos de ellos, Machado ha enfrentado la opresión con valentía y determinación. Tal vez ellos deberían promoverla.

La visión de Machado incluye la restauración del estado de derecho que ha desaparecido en su país, la reconstrucción de instituciones democráticas y la revitalización de la economía. No solo busca el cambio político, sino también la reconciliación nacional y la creación de oportunidades para todos.

Como líder femenina ha demostrado un compromiso inquebrantable con la inclusión y empoderamiento de las mujeres en política, convirtiéndose en un referente de liderazgo femenino en América Latina. El Premio Nobel de la Paz la honraría y captaría más apoyo global para la causa de la libertad en Venezuela. (O)