El cuento de la política y el engaño de dirigentes, caciques y candidatos. Otra vez en este proceso electoral hablan de posibles aliados y de alianzas. Puro cuento. En política no hay aliados sino juego de intereses, no importa los colores, postulados, programas de gobierno e ideologías. Esto se halla proscrito en esta época de narcopolítica y de narcojuicios políticos en la Asamblea, que pretenden llevar a cabo los descalificados que añoran volver al poder.

El Estado de anarquía

La práctica política de servicio se ha degradado tanto que, con los malos ejemplos que se han visto, solo se sirven para sí mismo, para la corrupción y el enriquecimiento ilícito de los que entran a los cargos, más rápido que cualquier negocio lícito. Los partidos y movimientos se tornaron en empresas electoreras, que hacen negocio con las listas de candidatos nacionales o locales.

Basta mirar los rostros y los partidos o movimientos con los que aparecen respaldados, muchos de los cuales hace poco estuvieron registrados con las mismas caras pero con otros auspicios.

Voto volátil

En política existe avaricia, egoísmo y la búsqueda desesperada de poder para hacer dinero y controlar las instituciones y el país, con la demagogia de siempre: ofrecen arreglar los problemas del pueblo, que siguen intocados por décadas y que no les conviene solucionarlos porque con ello mantienen vivo a un electorado angustiado e ingenuo, que no razona ni repara en la utilización que le hacen.

Los pueblos buscan afanosamente justicia, equidad, respeto mínimo a la dignidad humana, lo que precisamente no cumplen los políticos cuando llegan al poder. Al contrario, lo hacen para controlar y usar la justicia a su favor, para revisar sentencias condenatorias por delincuencia organizada, en la que se acostumbraron a vivir, a vista y paciencia de los ingenuos, ciegos y sordos, que solo despiertan tarde cuando viven regímenes totalitarios y dictaduras opresoras como Venezuela, Cuba, Nicaragua.

Canibalismo político electoral

Venezuela es el mejor ejemplo actual de lo que no debieran impulsar aquellos sectores obnubilados que enceguecidamente reivindican que mejor estuvieron antes cuando durante una década saquearon el país y hasta hoy existen procesos penales en desarrollo en su contra y otros quieren echarles abajo. Más aún, cuando ellos abrieron las puertas a los grupos delincuenciales organizados, al narcotráfico y a la narcopolítica.

No reparan en que en Venezuela fugaron despavoridos más de siete millones de personas y hoy, de persistir el fraude y el control del poder por la fuerza, seguirán huyendo de ese infierno, pobreza y miseria al que le llevará durante 25 años la revolución bolivariana del socialismo del siglo XXI, en donde no existen libertades ni respeto a los DD. HH.

‘Te vamos a hacer abortar...’

No reparan en que esos sectores que pretenden volver al poder han defendido a la dictadura venezolana, que no quiere irse a pesar del pronunciamiento mayoritario de ese pueblo valiente que se hartó, pero burlado en las urnas con el escandaloso fraude. ¿Así quieren vivir, engañados con los cuentos de siempre?

La honradez intelectual y material ya no forma parte de la formación política. Primero mentir y engañar para llegar al poder y luego, si ganan, saquear los recursos públicos, que manejan alegremente para beneficio personal, familiar y grupal. (O)