La importancia nacional como fuerza política estable del movimiento Pachakutik solo responde a su composición étnica. No más del 9 % de los ecuatorianos. Los resultados iniciales de 1996 y 2002 obtenidos con el mestizaje, Freddy Ehlers y Lucio Gutiérrez, auguraban un prometedor futuro electoral, que se vio frustrado sustancialmente con los resultados de 2006, 2013 y 2017: tres elecciones en las que alcanzaron tan solo 2,19 %, 3,26 % y 6,71 % de los votos.

Sin embargo, en 2021 irrumpió con un 19,39 % de la votación auspiciando la candidatura nativa de Yaku Pérez en las elecciones presidenciales. La votación respondió parcialmente al porcentaje de su integración étnica poblacional y evidentemente a un considerable mestizaje conservacionista impactado por el programa ambientalista de Pérez, que si bien no logró el solio presidencial, les permitió un resultado exitoso en las legislativas con 27 asambleístas. Igual que con las obtenidas por otras fuerzas políticas, mucho tuvo que ver con sus resultados el voto anticorreísta. Solo formando parte de alianzas políticas eventuales se le puede apreciar una participación electoral significativa.

El fracaso de Pachakutik

La verdadera fuerza política de Pachakutik no es mayor que la proporcionada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) con sus integrantes y sus movilizaciones, las dos últimas de octubre y junio lideradas por Leonidas Iza y sus afines, tendientes a derrocar por la fuerza al régimen constituido, organizadas y programadas para sembrar el terror, utilizando un mínimo porcentaje de su composición étnica.

El fin de la inocencia

La circunstancial participación parlamentaria de Pachakutik la ha llevado a constituir la segunda fuerza política en el Parlamento. Posición ocasional que no responde a una similar ubicación en el electorado nacional, peor aún si en su seno se han producido fisuras considerables generadas por Iza, quien pretende, a través del mismo sendero luminoso mariateguista, apoderarse del gobierno por medio de la anarquía y el terror.

La división de Pachakutik entre moderados actuales y los anarquistas de Iza, unida a la circunstancial formación del nuevo partido por Yaku Pérez, dispersa su inmediata fuerza electoral, lo que unido a las circunstancias políticas actuales nos revela el grave riesgo que amenaza a Pachakutik, generado por sus legisladores, si en el momento de consignar su voto destituyen al presidente Guillermo Lasso. La casi segura muerte cruzada sobreviniente disolvería la Asamblea Nacional, y a las fuerzas políticas legislativas las obligará a terciar, divididas electoralmente, dentro de seis meses, relegándolas a los últimos puestos.

En Pachakutik se mantiene la expectativa por convocatoria a repetir las elecciones internas

Unidos al correísmo satisfarán ingenuamente su anhelo divisorio permanente, del que parecen haberse olvidado sus eventuales cómplices en el complot parlamentario.

En cambio, con tiempo, suficientemente unidos a Pérez, consolidados en 2025, quizás podrían repetir los resultados de 2021. Divididos, tan solo obtendrán el retorno a su anterior cuota política nacional del 2,4% y 6 % de los votos, por lo que bien deberían sus legisladores ser sometidos a la justicia indígena. (O)