Los próximos cuatro meses son fundamentales para lo que resta del periodo de Aquiles Alvarez como alcalde de Guayaquil. A partir de este mes de julio y hasta octubre se tiene que llevar a cabo el proceso de planificación de la Municipalidad de Guayaquil para el 2024, así como el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial para el resto del periodo de gobierno hasta el 2027. Aquí se verá qué tanto el modelo de gobierno se diferencia del de sus predecesores.

Todo este proceso está normado tanto en el Código Orgánico de Ordenamiento Territorial y en el Código de Planificación y Finanzas Públicas como en la Ley de Participación Ciudadana y en la Ordenanza de Participación Ciudadana de Guayaquil. De esta manera, luego de ya haber aprobado la nueva ordenanza del nuevo modelo de gestión administrativa de Guayaquil, la cual es un interesante logro, es importante convocar a todas las bases y organizaciones sociales, económicas y académicas para que se inscriban y dejen asentado su interés por participar en este proceso.

En este mes de julio, de acuerdo a la ley, se tendrá una primera estimación de cuánto serán los ingresos municipales que tendrá el cabildo para el año 2024. Con esta información, ya empieza la carrera por la elaboración del presupuesto municipal, así como sus programas y proyectos, los cuales deben realizarse a través de talleres participativos donde la ciudadanía debata y piense respecto a sus realidades, problemas y capacidades para proponer alternativas de intervención, gestión y solución.

Este proceso ya se podrá hacer tomando en cuenta los 19 distritos urbanos más las 5 parroquias rurales, para pensar y decidir la inversión pública de forma equitativa con una base territorial y temática. De esta manera, las ideas y priorización de proyectos y presupuestos podrán tener mayor pertinencia y conocimiento de causa. Para esto, la estructura de los consejos barriales y las casas comunales es fundamental para hacer el trabajo participativo de abajo hacia arriba. Por otro lado, las herramientas digitales y las reuniones virtuales pueden facilitar que más gente participe y así ampliar el alcance y la convocatoria de la planificación participativa.

Además, a nivel institucional, el Consejo Cantonal de Planificación, la Dirección de Vinculación con la Comunidad y la de Urbanismo, Planificación y Ordenamiento Territorial deben liderar este proceso para que, cuando llegue a la Asamblea Cantonal de Participación Ciudadana, no ocurra como en años pasados, en que (muy) pocos sabían cómo se había elaborado el presupuesto y la planificación municipal guayaquileña.

Este año, por primera vez en su historia, la sociedad civil llevará a cabo una veeduría ciudadana para vigilar el proceso de planificación y presupuesto participativo de Guayaquil. Esta se encargará durante ocho meses de dar seguimiento a las actividades que llevarán a cabo las autoridades municipales durante este año en lo que respecta a la elaboración de la planificación y presupuesto de Guayaquil. Allí se verá si la Alcaldía Ciudadana es real o solo es un eslogan significante vacío. (O)