Uno, alza del IVA del 12 % al 15 %. La pregunta: ¿tiene un impacto en precios? La respuesta sensata: son incorrectos tanto el planteamiento de que tendrá un impacto enorme en todo, como el de que es mínimo al haber muchos productos sin IVA. Ciertamente hay productos básicos exonerados como educación, salud, alimentos y más, pero también reciben un impacto, al menos porque los insumos que utilizan pueden no estar exonerados y eso afecta sus costos. Y tener presente un concepto básico en economía: la elasticidad-precio, hay ciertos productos que suben de precio porque sus consumidores son pocos sensibles al alza (sube el precio y siguen comprando casi lo mismo) y otros muy sensibles (el vendedor intenta subir el precio, pero recibe mensaje del consumidor indicándole que va a bajar mucho sus compras, y entonces sube poco el precio). En unos casos el consumidor paga casi todo el alza del IVA, en otros el productor absorbe una parte importante... Y en la situación económica actual, muchos estarán en la segunda situación.

Generosos con plata ajena

Dos, lo no hecho: reducir gasto público improductivo y trasladar actividades al sector privado. Aceptemos (a regañadientes) que el alza del IVA era necesaria para ayudar a equilibrar las finanzas públicas, pero debemos exigir la contraparte que no vemos: reducción de tanto gasto improductivo, inútil, corrupto, si no nuestro dinero termina en un bolsillo roto... ¡o pasa a otros bolsillos donde no debería estar!

Tres, arrancaron negociaciones con el FMI. Es importante para cerrar financiamiento estatal en 2024 y 2025. Ciertamente se obligará a un mayor control del gasto (ojalá, como decía en el punto 2), pero razonablemente sí debería concretarse. Eso, más las leyes impositivas de diciembre 2023 y marzo 2024, más atrasos importantes que pasarán de 2024 a 2025 (igual que pasaron de 2023 a 2024), permitirán cerrar las cuentas. Nada entusiasmante.

Alberdi y la moneda

Cuatro, se viene la consulta. Hay preguntas de referéndum (van directamente a modificar la constitución) y otras de consulta popular (requieren aprobación legal). Las primeras son más importantes: participación de los militares junto a la policía incluso sin estado de excepción, extradición, trabajo por horas. Las otras contienen una serie de temas operativos de seguridad y además la extinción de dominio de activos mal habidos. El país no va a cambiar radicalmente por el sí o por el no, pero ciertamente hay al menos tres o cuatro preguntas, antes resaltadas, que tienen importancia y es sano apoyarlas.

Cinco, petróleo al alza. El promedio de nuestro crudo en 2023 fue $ 67 por barril ($ 87 en 2022), y este año podría acercarse a los $ 75. Pero tenemos un doble problema: por un lado la producción de petróleo se ha estancado (incluso descendido) y cada vez es más alta la factura y el subsidio por importación de combustibles (más aún si sube el precio internacional) y sabemos que una parte de ese subsidio va a financiar actividades ilegales. El mundo nos favorece con un mejor precio, nosotros debemos esforzarnos aumentando la producción y disminuyendo el subsidio.

Seis, el empleo. Aunque el Gobierno diga lo contrario, el mercado sigue muy deprimido, apenas 30 % de la gente con empleo adecuado. No podemos contentarnos con eso. (O)