Una vez bajado el telón electoral en Ecuador, con la proclamación oficial de resultados que, por más que se denuncie hasta la tinta de las esferográficas que compró el Consejo Nacional Electoral, definitivamente no va a cambiar en lo sustancial, es hora de enfocarnos en el presente y sobre todo en el futuro inmediato de este país, campeón de las crisis.

Es hora ya sentarnos a escuchar, con detalles y sin apuro, el proyecto país que el noboísmo nos debe desde hace año y medio y que la ciudadanía se lo ha aceptado así, con calma en medio de la tormenta de inseguridad sobre todo, por aquello de que recién estaba conociendo desde adentro (cosa discutible, por cierto) qué era lo que estaba pasando, con cuántos recursos se cuenta, cuáles son las acciones urgentes y las menos urgentes y cuál es el equipo necesario para llevarlo a cabo en todas sus fases.

Lecturas del 13 de abril

Creo que no pedir mucho, sino lo justo, lo fundamental, a un gobierno que ha recibido un contundente apoyo en las urnas, a pesar del angustiante periodo de apagones que nos hizo vivir; a pesar de que los sicariatos siguen ocurriendo hasta dentro de ciudadelas amuralladas de nuestras urbes; y que vemos con angustia cómo los jóvenes viajan mentalmente al menos, a través de las redes sociales, para extraerse de un país que no les ofrece un futuro tangible.

El próximo 24 de mayo, sea en el número de minutos que sea, quiero escuchar de Daniel Noboa su proyecto país. Qué va a hacer para controlar a los grupos de delincuencia organizada y sus horrendas acciones, más allá de las visitas del señor Prince que ocurrieron durante la campaña. Rasgos al menos de lo que será su estrategia, quién la liderará, en qué tiempos, con qué recursos y en espera de cuáles resultados, que nos garanticen poder transitar nuevamente con confianza por las plazas y avenidas, sin temor al robo, al secuestro extorsivo, o a ser víctima colateral de un sicario.

Un reto pendiente

Quiero entender cómo se va a reactivar la economía, golpeada desde la pandemia del 2020 y rematada con los apagones de hasta 14 horas diarias del 2024. Cuál es el plan para que, al tiempo que se recupere la seguridad, se recupere la dinámica comercial, la caja vuelva a timbrar y se genere trabajo, ese que tanta falta hace en todos los niveles de la sociedad. Y ya que hablo de apagones, hay que conocer cuál es el plan eficiente que se ejecutará desde ya para que no vuelvan tan pronto como en octubre próximo, cuando empiece el nuevo periodo de estiaje.

Parte fundamental de ese “qué” será el “con quién” porque, definitivamente, Noboa debe resetear el equipo.

El poder de una visión

El 24 de mayo, desde los micrófonos de la Asamblea, necesitamos escuchar cuál es el plan para atender las carreteras, que según sus impulsores iban a durar 100 años y se han destrozado en 10, para restablecer el servicio de salud, para cubrir las pensiones jubilares, impulsar los emprendimientos y las startup, para atender al agro y agroexportadores y los aranceles que ahora le crecen en destino, y un largo etcétera propio de este país en permanente crisis que, sin embargo, los políticos se desesperan por gobernar con campañas tan millonarias, de ambos bandos, como la que acabamos de vivir. (O)