No hay duda de que la economía ha estado estos últimos meses entre lenta, parada o en retroceso. No hace falta entrar en detalles sobre cuál de estos calificativos escoger, en cualquier caso es una economía que no cumple con su objetivo: proveer de más y mejores empleos e ingresos a la gente. Y eso solo se alcanza de manera realmente positiva, creciendo por encima del 4 % o 5 % anual, muy lejos del actual 0 % o 1 % (y también más que el promedio histórico del país: 3 % a 3,5 %).
Pero dentro de esa situación negativa, cabe preguntarse ¿será que en los próximos meses puede mejorar (digamos hasta el cambio de gobierno), aunque sea algo o poco? Planteemos factores diversos (y sin duda hay otros más).
Uno, los negativos.
Inseguridad: a pesar del que yo considero valioso esfuerzo del Gobierno, los resultados siguen siendo muy malos. Se habla de una disminución entre el 15 % y el 20 % de los crímenes violentos, pero a partir de una base muy elevada, con lo cual el resultado es aún bastante malo. Y siguen aparentemente las extorsiones, asaltos y “vacunas”. Muy malo.
Apagones: si bien hace unos meses no había sentido de urgencia, ahora sí parece que estamos en el camino con contratación de una o varias barcazas, equipos termoeléctricos, reparaciones, incentivos al sector privado, etc. Pero todo eso requiere tiempo y capacidad organizativa, y es lo que menos tenemos para el periodo septiembre 24/mayo 25. Muy probablemente los apagones nos golpearán enseguida, también es muy malo.
Petróleo: la producción sigue en sus puntos más bajos, y el cierre paulatino del ITT lo empeorará. El Gobierno ha anunciado un plan de inversiones, pero hay que ver plazos y concreciones. Además, el precio del crudo ha bajado, ubicándose el ecuatoriano por debajo de los 60 dólares el barril ...pero esto me parece temporal y pronto volverá hacia los 75 dólares, que no es maravilloso pero sí razonable.
Riesgo país: sigue muy elevado, en 12 %. Por las dudas externas sobre nuestras finanzas públicas y el cumplimiento futuro de compromisos.
Reformas: no hay nada en el horizonte respecto, por ejemplo, a cambios laborales y al sistema de pensiones.
Sistema financiero: con varios indicadores negativos... pero también fortalezas.
Política y políticos: son un lastre para la sociedad.
Dos, los positivos.
Dolarización: gran ventaja, sigue y seguirá.
Remesas: fluyen a un ritmo fuerte, serán cerca de 6.000 millones de dólares este año, lo cual equivale a un salario mínimo mensual para un millón de familias.
Exportaciones privadas: con altos y bajos, siguen con viento a favor.
Inflación: en niveles muy bajos, positivo para que la gente no pierda poder adquisitivo.
Efectos mundiales: en próximos días, la Reserva Federal de Estados Unidos anunciará (altísima probabilidad) una baja en sus intereses, la primera en varios años. Esto es sano para las economías emergentes y para Ecuador. Y es posible que el dólar se debilite algo en los mercados.
Reserva internacional: razonable nivel.
Ustedes, estimados lectores, evalúen cómo pesan los factores negativos y positivos planteados. (O)