Aunque regularmente las iniciativas de grandes compañías se conviertan en referentes del mercado, son las pequeñas y medianas empresas (pymes) las que constituyen el papel más importante en la economía mundial, pues son las mayores artífices e impulsoras de la reconfiguración del mercado por la adaptación de su modelo de negocio a las necesidades de la sociedad. En cifras, las pymes representan alrededor del 90 % de todas las empresas del mundo, el 70 % del empleo y, según reportes, contribuyen hasta el 90 % del PIB mundial.

El panel de expertos sobre pymes, organizado por el Foro Económico Mundial el pasado 30 de noviembre –elaborado en colaboración con la Organización de Empresarios, la Universidad de Cambridge y la Universidad Nacional de Singapur–, indica que la prioridad actual es reconocer las mejores prácticas, hojas de ruta y recomendaciones que las orienten a futuro en la obtención de un crecimiento financiero sostenible, mientras influyen positivamente en la sociedad y el ambiente. La razón: las pymes son protagonistas en el desarrollo de innovaciones de los mercados, a pesar de que no reciban ese reconocimiento.

En este contexto, las pymes requieren de capacidades y orientaciones. Según Rashimah Binte, profesora de la Universidad Nacional de Singapur que integró al grupo de expertos del estudio, las pymes requieren trabajar en mejorar tres aspectos claves: (1) orientación, relacionada a una cultura organizacional capaz de hacer frente a escenarios imprevistos; (2) flexibilidad del modelo de negocio, la forma en que la pyme muta su plan estratégico para crear valor económico y otros; y, (3) red de apoyo, crear relaciones profesionales que brinden guía en la toma de decisiones.

De acuerdo con Nikhil Hirdaramani, experto en pymes, el mayor reto de estas a nivel mundial es el “financiamiento” pues se encuentran en la búsqueda constante de sobrevivir; no obstante, esta necesidad deriva en el desarrollo e implementación de innovaciones para su adaptación, que, aunque sean costosas para ellos, resultan luego de fácil adopción para las grandes empresas. Otro de los retos que enfrentan las pymes según Ariel de Fauconberg, cofundadora y directora de investigación de Good Data Initiative, Universidad de Cambridge, se refiere a la adquisición y retención de talento, pues, aunque no puedan ofrecer salarios competitivos sí pueden reforzarlos con entrenamiento especializado, flexibilidad laboral, trabajo remoto, creación de espacios que promuevan la creatividad e interacción entre los colaboradores, beneficios familiares, etcétera.

El mundo ya cambió y los modelos de negocio requieren de flexibilidad para adaptarse a los retos del mañana; ya no serán ajenos a los desafíos sociales. Si para alcanzar la “competitividad” se requiere de “innovación”, ahora las pymes requieren de “creación de valor compartido”, donde inherentemente a la actividad empresarial exista un beneficio inmediato para la sociedad guiado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, desde la constitución misma de la pyme hasta su planificación estratégica diaria para un desarrollo financiero sostenible. (O)